El mundo es un lugar peligroso. No importa cuánto tiempo vivas o cuán cuidadoso seas, en algún momento de tu vida sentirás el miedo a estar en peligro. A veces es algo que viene de serie y otras veces es algo que se puede evitar. Pero en cualquier caso, una cosa es segura: siempre hay que tener un plan B. Aquí tienes algunos pasos para crear una ruta alternativa de modo que, vayas donde vayas, siempre haya una puerta trasera por la que escapar si es necesario.
¿Qué es una ruta alternativa?
Una ruta alternativa es un atajo que permite eludir zonas de mucho tráfico o peligro. Puede ser un camino oculto, un callejón o incluso una ventana que haya quedado abierta en el segundo piso. Si te encuentras en una zona en la que te sientes inseguro y no tienes ni idea de qué hacer, fíjate en lo que te rodea e intenta encontrar una salida.
Cómo crear una ruta alternativa
Crear una ruta alternativa para su seguridad es algo que no debe tomarse a la ligera. Debe ser un plan que pongas en marcha antes de que ocurra nada. La mejor manera de empezar a crear un plan de seguridad es conocer la zona en la que vives y los lugares que frecuentas.
Empieza por identificar unas cuantas rutas de escape para cada destino que frecuentas, ya sea la tienda de comestibles, el trabajo o el colegio de tus hijos. Cuantos más lugares visite, más rutas de escape tendrá que crear. Después, empieza a trazar un mapa de cómo llegar del punto A al punto B utilizando estas rutas. Intenta que la ruta sea lo más sencilla y directa posible. Si uno de los puntos está más lejos de lo habitual, añada tiempo adicional a su ruta para que, en caso de emergencia, pueda llegar a salvo.
También puede considerar la posibilidad de que otra persona conozca estas rutas alternativas para que pueda ayudar en caso de necesidad. No hace falta que se lo cuentes todo, pero siempre es bueno tener a alguien preparado por si acaso.
La importancia de planificar con antelación.
Nunca es mala idea planificar con antelación una emergencia. Todos sabemos que a la gente buena le ocurren cosas malas todos los días, pero cuando estás preparado para lo peor de lo peor, puede haber una gran diferencia. Una de las cosas más importantes en las que hay que pensar es en la ruta de escape. Un pequeño porcentaje de personas tiene una salida de emergencia en sus casas y un porcentaje aún menor tiene una en su lugar de trabajo. Así que, si no tienes ninguna, ahora es el momento de empezar a pensar en rutas alternativas.
