Jorge es el ‘Pipero de Las Palmas’ desde hace 15 años

El esmeraldeño lleva más de 15 años deleitando a la comunidad con la venta de pipas en la playa turística Las Palmas del cantón Esmeraldas

La jornada de Jorge empieza desde las 6 am de la mañana para aprovechar la presencia de los deportistas que se dan cita al lugar y consumen la pipa al clima o helada. Un trabajo familiar que lo heredó desde sus padres cuando el lugar donde labora ahora se llamaba ‘la malecón viejo’, con el pasar del tiempo y adversidades Jorge recorría las calles céntricas del cantón con unas 50 pipas de coco. “Deje de recorrer porque llegaba cansado a la casa aveces ni merendaba del cansancio”, dijo el emprendedor que todos los días se despierta con la fe intacta y amplia sonrisa.

Negocio familiar

Su mamá también vende en la playa a unos cuantos metros más arriba de donde está el “Pipero”, llamado así con cariño por quienes ya lo conocen. En su sitio de trabajo se puede observar una carretilla llena de pipas frescas expuestas al ambiente, mientras las otras reposan en un espacio denominada hielera, porque hay para todo el gusto acota Jorge.

NEGOCIO. Se ubica en la playa Las Palmas

Con el paso de los años el espacio ha sido adecuado con  bancos elaborados a base del tronco de madera y una mesa pintada de azul que representa la zona donde el cliente reposa y degusta la pipa acompañado por la brisa del mar o el calor del sol.

Los turistas  a lo lejos ven expuesto el negocio de Jorge, quien alega que un día bueno son los  sábados y viernes donde trata de sacar alrededor de 70 o 80 pipas de coco frescas, normalmente de lunes a viernes sólo lleva 50 productos a vender y evita que sobren debido a la baja afluencia que existe entre semana en la zona turística del malecón, sin embargo él continúa trabajando por tradición familiar y amor a lo que hace.

Mientras Jorge relata cómo identificar una pipa de Manabí con las de Esmeraldas, señala que el producto local son menos ‘redonditas’ y hay de todos los tamaños. Desde sus quince años siempre ha trabajado con pipas de Manabí porque son más duraderas a la hora de transportarlas, pero las pipas de Esmeraldas son mucho más dulces.

A lo lejos los turistas se acercaban a su negocio ubicado al aire libre donde expende no sólo las aclamadas pipas, también bebidas frescas y helados que con el clima y la ola del mar invitan a cualquiera a probar de sus especialidades. Con un machete pequeño casero el esmeraldeño se encarga de cortar las pipas, en 13 cortes a los lados prepara el producto que es esperado por una cliente, finalmente retira la corteza del producto en la parte de arriba y  coloca un sorbete para que el cliente pueda deleitarse del líquido fresco.

Clientes

Entre los recuerdos más memorables que guarda el emprendedor comenta sobre la presencia de turistas internacionales quienes han regresado al sitio por el trato, para el esmeraldeño la cordialidad hacia el cliente es esencial porque es lo que define a una persona, tratando de que cualquier persona que compre sus pipas se vaya contento y  regrese sin pensarlo, de esa manera se reactiva la economía en el malecón Las Palmas. (CS)