Inseguridad se traslada al balneario de Las Palmas

INSEGURIDAD. Locales comerciales en Las Palmas reportan inseguridad y presencia de jóvenes y pandillas en los sectores aledaños. Agresividad de extranjeros otra realidad.

La presencia de jóvenes sin rumbo aparente y pandillas preocupa a moradores y dueños de negocio.

Durante la apertura de su local la mañana de ayer, en la esquina de la avenida Libertad y calle Nelson Estupiñán Bass, del balneario de Las Palmas, cantón Esmeraldas, la propietaria de ‘Frozme’ fue alertada por uno de sus trabajadores que la cámara ubicada en los exteriores había sido cambiada de lugar.

Esta alteración comprometía la seguridad de sus clientes y de la vía principal, convirtiéndolo en un nuevo modus operandi que emplean los delincuentes para no ser filmados cometiendo los delitos.

Miguel Reina Alvarado, morador y dueño del inmueble esquinero de la calle Nelson Estupiñán Bass, afirma que la inseguridad en el malecón escénico, la principal avenida, el parque y otras vías cercanas, se han convertido en escenarios de asaltos, fumaderos, calles 8, peleas y más sin la actuación de la Policía Nacional.

Robo

Dueños de locales, como Anderson Cortés, quien mantiene una cevichería en la misma zona, describe que la mañana de ayer, dos jóvenes en motocicleta merodeaban los negocios, por ello la apertura de estos deben ser pasadas las 09:00, de lo contrario existiría la posibilidad de ser víctimas de robo.

Tres policías que en esos momentos circulaban por la vía reportaron por radio la actitud sospechosa de los individuos e informaron a Cortés, que podría hacer uso del botón de pánico, un sistema gratuito y de fácil instalación en el celular que emite una alerta al UPC más cercano.

Frente a este, Cortés aseguró que ese mismo sistema solo lo mantienen los locales principales, por ende, hizo un llamado a los gendarmes para que sea replicado con los demás comerciantes y reducir así la tasa delincuencial.

Llegada

Vecinos de la zona también refieren que los paseos amenos y en familia se han reducido por parte de los mismos esmeraldeños, señalan entre las razones, la actitud desaprensiva y amenazante de ciudadanos extranjeros ante la solicitud de dinero para ellos, asimismo el arribo de grupos de jóvenes y pandillas que se establecen en el lugar.

“Llegan de dos, de cinco, pero ninguno viene a distraerse o a divertirse, siempre están vigilando los almacenes, a los clientes y a los turistas”, añadió Mirna Torres, habitante de Las Palmas. (JSG)

Consumo de sustancias

Muchos comerciantes prefieren no identificarse por miedo a las retaliaciones, pero todos concuerdan que el balneario de Las Palmas se convirtió en un fumadero, que no respeta horarios o asistencia de familias y menores de edad.

“La mayoría son jóvenes de entre 16 y 25 años. Fumen su droga en su casa, porque hasta tienen la venia de los padres, que se hacen los giles, desde las 07:00 ya están fumando a la luz del día”, denunció el ciudadano Guillermo Egas.

Mayor control exigen los habitantes de este atractivo turístico, elevando sus denuncias a autoridades municipales, Intendencia, Policía Nacional y Gobernación.