Los habitantes de Estero de Plátano, en su mayoría vive de la actividad turística, la cual está desapareciendo debido a la destrucción del malecón, que tras más de cinco años, no ha sido atendido por las autoridades para su reconstrucción.
Estero de Plátano es uno de los balnearios pertenecientes a la parroquia Galera, del cantón Muisne, situado al sur de la provincia de Esmeraldas. Era uno de los más visitados por su gastronomía, que resalta por la preparación de pulpo y una variedad de productos del mar, sumado a su maravilloso paisaje y playa. En la actualidad son pocos los turistas que llegan al sitio, perjudicando la economía de sus habitantes.
Llegar al lugar es encontrarse con un malecón destruido, debido a que los fuertes oleajes y aguajes han desbaratado el muro de escollera y casi toda su estructura que protegía a la comunidad. Además existe la amenaza de que las olas ingresen al centro poblado afectando la iglesia, la cancha deportiva, la escuela y toda vivienda cercana a la playa.
La afectación empezó paulatinamente en 2014 y se agudizó en 2016 cuando la fuerza de la naturaleza también destruyó el malecón del balneario de Súa, del cantón Atacames. A esto se suma los estragos del terremoto de abril de ese mismo año. Desde esa fecha, el lugar sigue relegado de atención y cada día se destruye más.
Los daños del malecón es uno de los temas que preocupa a Edison Moreno, presidente de Gobierno Parroquial de Galera. Agrega que han realizado gestiones pero no reciben respuestas de parte de las autoridades competentes. Sin embargo, siguen insistiendo, dice. Junto con la Alcaldía de Muisne elaboraron el proyecto para la reconstrucción o construcción del muro de escollera por el valor de un millón 400 mil dólares. El alcalde Tairon Quintero Vera se comprometió a tramitar la obra con los ministerios correspondientes.
Mientras llega la esperaba obra, los comuneros han colocado sacos de arena para mitigar el azote de las olas, pero con los últimos aguajes y oleajes, no han sido suficientes, comenta el presidente de la Junta Parroquial. Agrega, que últimamente el turista llega y al encontrarse con el deterioro, se regresa en busca de otra playa. (MBC)