Poner fin a la epidemia del VIH

LUIS COELLO KUON YENG
LUIS COELLO KUON YENG

Por más de 40 años el virus de inmunodeficencia humana (VIH) ha estado presente asolando a la humanidad, ocasionando un aproximado de 34.7 millones de muertes desde que apareció en la década de los 80. Se estima que 1,5 millones a 2,1 millones de personas contrajeron la infección por el VIH en el año 2020.

A pesar de los grandes esfuerzos implementados para lograr su contención, no  existen claras estrategias que dispongan la desaparición de esta enfermedad o por lo menos en Latinoamérica.  Sin embargo en 2019, Estados Unidos inició el plan «Poner fin a la epidemia del VIH» con el objetivo de reducir el número de nuevas infecciones en un 75% para 2025 y en un 90% para 2030.

El plan incluye cuatro componentes: 1ro; identificar a todas las personas con infección por el VIH preferiblemente temprano, 2do;  para tratarlos con éxito con terapia antiretroviral, 3ro; para prevenir nuevas infecciones y 4to; responder rápidamente a los brotes a medida que ocurren. La base de los dos primeros componentes incluye la minimización de las brechas en los diagnósticos, la mejora en la vinculación con la atención, el inicio rápido de la terapia para la infección por VIH y el mantenimiento de la supresión viral mediante la retención exitosa del paciente en la atención médica a los enfermos con este virus. Para lo cual el gobierno americano ha puesto énfasis en dos grandes pilares de esta iniciativa. Primero la oferta de grandes número de pruebas de examen para detectar el virus y segundo la disposición de antiretrovirales en todos los lugares de la nación  para su uso efectivo en infectados para control de la carga viral.      Estas son las claves para poder cumplir este anhelado sueño.

Está estipulado que la falta de pruebas es una falla del sistema de atención médica, porque cada encuentro es una oportunidad para reducir la incidencia de la transmisión del VIH. Hasta un 38% de las nuevas infecciones por el VIH son transmitidas por personas que desconocen su estado de portador. Además, una vez que se identifica la infección por el VIH y se trata adecuadamente para mantener los niveles de material genético del VIH por debajo de 200 copias por mililitro, los pacientes pueden tener una vida casi normal y no transmitir el virus a otros.

Esto último representa la necesidad imperiosa de ofrecer antiretrovirales efectivos y de calidad a las personas, con el objetivo de cortar   la transmisibilidad del virus.