La escuela de la vida y de los años nos permite aquilatar la vivencia junto a la familia y frente a los demás con mayor razón en momentos difíciles como los que vive la humanidad en los actuales momentos, resistiéndose muchos a concebir la vacunación, sin acatar disposiciones superiores. Más de un año de vicisitudes llevamos afrontando en la salud y la economía, las predicciones y normas generales no han sido respetadas en gran manera y sufrimos las consecuencias de la desobediencia. Todo cambió de pronto y debemos amoldarnos a las disposiciones médicas, superiores y de autocontrol racional.
La lógica y discernimiento está en manos de los mortales para aceptar el cambio de vida que llevamos. Las vacunas han existido para salvaguardar epidemias ancestrales, en el tiempo actual es de nuestra responsabilidad y madurez aceptarlas en el mundo incierto que vivimos.
Son los médicos y enfermeras los más allegados que se entregan arduamente para prodigar atención y afecto a quien yace inerte clamando por el hálito de vida, son los héroes que enfocan la barbarie de la crisis, son los amigos de la esperanza por vivir y volver a estar sanos.
Estadísticamente se colige que Esmeraldas está en el último lugar en vacunación por negligencia, hay temor pero no se dan cuenta que son proclives a contagiarse con mayor facilidad, diariamente se observa oleadas de personas caminando al parecer sin son ni ton.
Para todos y sobre todo los vacunados, el protocolo de control debe acatarse, guardarse la distancia exigida. Somos razonables, inteligentes, responsables y debemos obligatoriamente acatar las normas de seguridad y de salud.