Guerrillera olímpica ecuatoriana

MARÍA LUISA GÓMEZ DE LA TORRE GÓMEZ
MARÍA LUISA GÓMEZ DE LA TORRE GÓMEZ

Bautizado fue como «la locomotora olímpica» por el imparable pedaleo de ¡Carapaz, Carapaz! Ahora, aplaudimos y alabamos a la primera mujer inigualable halterofilia que la ubica en 263 kg de fuerza olímpica, participante femenina prominente para levantar pesas, difícil de creer y con la edad que ostenta.

Seledina y Alexandra fueron ovacionadas en su época, pero no lograron obtener la medalla de oro en los juegos olímpicos; sin embargo, demostraron ahínco, pasión, producto de su propio esmero y preocupación con vehemencia por el rigor de las pesas.

Neisi Dajomes proveniente del oriente ecuatoriano representó a Shell y se destacó como la ecuatoriana de oro, distinción máxima, aunque ya se había medido en otras participaciones latinoamericanas. Guerrillera Olímpica es declarada porque luchó incansablemente sin claudicar ni se aisló del compromiso adquirido consigo misma, con su lugar proveniente, su suelo natal y su amado país.

El amor al deporte, a la promesa de luchar con disciplina hasta alcanzar su objetivo la llevó a guerrear incansablemente con la preparación física y los ensayos, su pasión por las pesas salió a flote y no desmayó, regia personalidad y sencillez la enarbolaron para obtener el mayor galardón y lucir desde el podio la medalla de oro olímpica.

La joven deportista destacada en la fuerza y la vehemencia que aquilata gran respeto y aplausos dejó en alto el tricolor nacional. La participación demostrada constituye gran ejemplo para la juventud que debe ejemplificar su conquista intelectual, deportiva y honorable en los aciagos momentos que vivimos.

Vale emular sus palabras: «luchar siempre sin claudicar, una caída no es vencida, hay que levantarse y continuar». Admirable su expresión sentida al recordar a su señora madre y a su hermano fallecidos, pero latentes en sus sentimientos, pensamientos y corazón, así como hacer suya la familia de Shell que la acoge como familia.

Felicitaciones a los dos medallistas de oro que lucieron su orgullo y dignidad abrazando a la distancia el terruño patrio.