Emotiva despedida de monseñor Eugenio Arellano

LEGADO. El monseñor Eugenio Arellano dejó un mensaje de unión en las familias de Esmeraldas y el amor hacia la iglesia católica

Tras 26 años de obispado, Arellano puso fin a su etapa episcopal al frente de la Diócesis con una eucaristía de acción de gracias.

Eugenio Arellano Fernández dijo adiós al obispado de Esmeraldas, con una mezcla de sentimientos encontrados de alegría y tristeza, siendo la tónica de lo que se vivió durante la noche del miércoles 01 de septiembre en la Catedral Cristo Rey.

En la última eucaristía oficiada por el monseñor Arellano, se vivió un ambiente de paz y hermandad, arropado por los sacerdotes de varias parroquias católicas y feligreses que asistieron al lugar con un mismo sentir.

En la misa también se contó con presencia de la alcaldesa Lucía Sosa quien dijo las palabras de despedida para el obispo.

Mensaje

En su liturgia de acción de gracias, Arellano recordó su trayectoria sacerdotal como el apaciguamiento y reinserción de jóvenes vinculados en pandillas de los barrios de las riberas del río Esmeraldas. También, rememoró la lucha frontal contra la minería y la deforestación, el paro de doce días para que el Gobierno atienda a la provincia luego del dantesco incendio por derrame de crudo, el 26 de febrero de 1998.

Además, exhortó a mejorar la atención a las familias pobres, para darle sus servicios básicos y que puedan vivir dignamente, hizo también un llamado a las autoridades para que en Esmeraldas haya el respaldo y la seguridad que tanto pide la ciudadanía.

Su último mensaje estuvo enfocado a reflexionar sobre la misión del sacerdote, haciendo hincapié en la vocación misionera de servicio y misericordia que poseen, además pidió una vez más la unión a las familias esmeraldeñas.

“Fueron 26 años que han marcado mi vida entera. Estoy agradecido con la gente de esta provincia, fue sin duda la mejor bendición el venir a trabajar acá y luchar por los derechos de mis esmeraldeños. Como mensaje a los feligreses les digo que sigamos unidos creciendo con la iglesia y rezando unos por otros”, finalizó.

La feligresa Carmen Cifuentes, dijo sentirse consternada al ser la última misa pastoral efectuada por el que fuera por 26 su obispo de Babahoyo. Así como ella, muchos fieles católicos que asistieron a la eucaristía no pudieron ocultar la nostalgia tras la actuación final del religioso.

En los próximos días el monseñor continuará su labor como sacerdote en Tumaco, Colombia, en donde escogió para vivir sus días felices con su comunidad que lo acogió desde su llegada a Ecuador.

Reseña Sacerdotal

Arellano, nació en Corella, Navarra, España, el 13 de noviembre de 1944. Ingresó en el Noviciado de la Congregación Comboniana, en Moncada, Valencia. El 15 de agosto de 1968, continuó sus estudios de filosofía en Portugal y de teología en Paris, Francia.

Fue ordenado sacerdote el 18 de diciembre de 1972, en Barcelona, España. Cinco años después (1977), es enviado al Vicariato Apostólico de Esmeraldas, como misionero y se concentra en San Lorenzo del Pailón, frontera norte binacional.

En 1982 es nombrado párroco de la iglesia Santa Marianita, en la capital esmeraldeña, en donde prestó también sus servicios el nuevo obispo Antonio Crameri. Además, fue designado superior provincial de los Combonianos Ecuador – Colombia, cargo que desempeñó por seis años.

Luego fue enviado a Paris, Francia, como superior y formador de estudiantes de teología. El 20 de agosto de 1995, recibió la congregación episcopal del entonces nuncio apostólico Francisco Canalini, llegando a Esmeraldas como el tercer obispo.