La llegada de los turistas locales al balneario de agua dulce de Tabiazo, da un respiro a los comerciantes de la zona, porque ya tienen a quién vender sus productos que les genera fuentes de ingresos.
Durante los fines de semana, es notaria la circulación de vehículos con grupos familiares que buscan un lugar de diversión tras permanecer en confinamiento total por un mes. Unos acuden a bañar, otros a hacer deportes y otros a preparar parrilladas a orillas del afluente y compartir entre amigos o familiares.
Fuente de ingreso
La presencia de visitantes genera expectativa para las familias que viven del comercio, así lo confiesa Piedad González, quien se dedica a la venta de trozos de caña dulce y pepepán. Así como ella, hay muchas personas que se están reactivando económicamente con la venta de comida preparada cerca del balneario; el beneficio también es para quienes se ubican a lo largo de la carretera.
En la parroquia Vuelta Larga, el panorama es similar, familias y grupos de amigos acuden los fines de semana a disfrutar del río y de la gastronomía de la zona.