El semillero deportista que necesita la niñez

Recordar los momentos gloriosos del deporte esmeraldeño debe ser la motivación para volver a hacer historia.

A lo largo de los años, el basquetbol ha marcado la historia del deporte esmeraldeño, llenando de satisfacción y orgullo a la colectividad. Entrevistar a un destacado entrenador de estrellas, permite conocer parte de la historia de este deporte. Marco Sáenz de Viteri, el ecuatoriano que ha tenido a cargo el mayor número de selecciones ecuatorianas, comparte algunas anécdotas, triunfos y derrotas que vivió en el basquetbol.

Siempre ha pensado que cada ser humano debe practicar dos deportes para no aburrirse. El primer deporte que don Marcó practicó fue el fútbol. Siempre consiente de su poder de liderazgo, comparte la anécdota: un día, al escuchar a Edison Paucar que entrenaría a los seleccionados del internado para el tradicional encuentro de fútbol contra los externos del plantel, se unió al grupo. El entrenador formó el equipo titular, sin incluirlo. Don Marco organizó a los deportistas relegados, formando el equipo donde su alineación fue volante interior. En el partido contra los titulares, pidió el balón y con el pase llegó al gol; fue con esta jugada que llamó la atención de Paucar, iniciando así su camino como futbolista, al integrar la selección del Normal Juan Montalvo.

Del fútbol al basquet

Al preguntarle a don Marcos sobre su migración hacia el basquetbol, él recuerda a dos grandes compañeros del internado: Gustavo Chiriboga Guerrero y Carlos Pedro Falquez Batalla, quienes entrenaban en la selección del Normal Juan Montalvo, bajo la dirección técnica de Gonzalo Patallucha Cevallos. Un día que él los acompañó, faltaba un jugador, y el entrenador aceptó las recomendaciones de Chiriboga y Falquez de que haga jugar a don Marcos, que sabía jugar basquetbol. Don Marco entró a jugar y al finalizar el partido el entrenador lo invitó a ser parte del equipo. Desde ese momento se decidió y empezó a entrenar basquetbol, llegando a integrar la selección del Normal Juan Montalvo en la categoría intermedia.

Entrenador de estrellas

Al preguntarle sobre sus inicios como entrenador, nos relata que, en nuestra ciudad, José Nicanor Jijon Saavedra, formó un equipo de basquetbol que se llamaba Centro Cultural Deportivo Estrella, del que formaban parte sus 3 hijas y Manuela Sáenz de Viteri (hermana de don Marco). Don Pepe, como de cariño lo recuerda nuestro entrevistado, le pidió que sea el entrenador del equipo que había formado, a lo que don Marco respondió: “yo sé jugar, pero entrenar no tengo ni idea”. Sin embargo, confiando en su potencial le insistió se encargue del entrenamiento de las chicas.

Al hacer referencia del excelente desempeño de las selecciones esmeraldeñas en competencias nacionales, menciona tres campeonatos consecutivos alcanzados: Primer campeonato juvenil, realizado en Portoviejo, bajo la dirección de Piedad Ortiz. Segundo campeonato juvenil, en Quevedo, dirigido por Edgar Quiñónez. Tercer campeonato juvenil, en Esmeraldas, en 1975, bajo su dirección. Recuerda de manera particular este evento en que se ratificó como entrenador de la selección esmeraldeña, siendo parte de 5 de los 7 triunfos consecutivos que Esmeraldas obtuvo a lo largo de esos años. Entre las jugadoras destacadas de este campeonato menciona a María Tenorio (capitán), Maruja Jauch, Amelia Mejía, Narcisa Vera, Noralma Casierra, Silvia Nazareno.

Talentos deportistas desaprovechados

Al preguntarle sobre cuáles considera sean las situaciones que han llevado a desaprovechar el talento de los deportistas esmeraldeños, el entrenador señala que la falta de campeonatos escolares, intercolegiales e interclubes impide evidenciar el potencial de los deportistas. Considera que las autoridades educativas y deportivas deben incluir estos eventos en sus programaciones. La falta de entrenadores es otra situación a tomarse en cuenta y sugiere la participación de la empresa privada con su aporte al deporte, por ejemplo, con el financiamiento de entrenadores.

Otro aspecto importante es la falta de espacios deportivos y el limitado provecho de la poca infraestructura existente que considera debe ser habilitada y puesta al servicio del deporte. Tal es el caso de la escuelita gratuita de basquetbol para niñas que, por iniciativa de don Marco, empezó a funcionar a inicios del presente año, donde se estaban formando 25 niñas en la categoría infantil, y que lamentablemente no puede continuar por falta de espacio adecuado para los entrenamientos.

Recordar los momentos gloriosos del deporte esmeraldeño debe ser la motivación para volver a hacer historia, para volver a las canchas y ser los principales promotores del deporte. Esmeraldas tiene potencial y talento, pero requiere el compromiso y apoyo de todos. Quedamos en deuda alega el entrenador.