El rostro del esfuerzo / Una mujer que redobla su jornada

ATENCIÓN. Maritza Segura Ramírez, ofrece conchas y otros productos del mar.

Mientras atiende a un cliente está pendiente de la llegada de otros. A todos los recibe con una sonrisa para ofrecerle conchas y otra variedad de productos del mar. Ella es Maritza Segura Ramírez, una madre de cuatro hijos, que hace siete meses está dedicada a comercializar mariscos en el Puerto Pesquero de Esmeraldas.

Su jornada empieza a las 06:00 y se extiende hasta las 18:00, pero los días que tiene que esperar los mariscos que le envían del cantón San Lorenzo, debe trabajar pasadas las 20:00. Esta labor la realiza de lunes a domingos, incluido los fines de semana de confinamiento total.

Bajas ventas

Esta mujer, que se equipa con sus botas de caucho y su mascarilla, acude a trabajar, aunque sabe que los fines de semana tendrá pocos compradores. Dice que si se queda en casa no tiene para comer, pues a su hogar no le llegan raciones alimenticias ni dinero de bonos que entrega el Estado ecuatoriano.

Por años ha estado involucrada a la actividad comercial. Antes de la pandemia por el Coronavirus, tenía un bazar en el mercado central, pero la crisis sanitaria y económica la obligó a cambiar de oficio para tener ingresos para el sustento de su familia.