Venezolanos vulnerables se apegan a las ayudas ofrecidas por organizaciones, entidades gubernamentales e incluso ciudadana.
Las personas en movilidad humana venezolana están por doquier en la ciudad de Esmeraldas: en las esquinas de los semáforos, durmiendo en parques y playas, mientras que hay otros migrantes, quienes han podido obtener trabajo accediendo a una estabilidad económica ganando menos del mínimo.
La mayoría de aquellos caminantes que llegan hasta Esmeraldas están en busca de un alojamiento, comida, salud, medios de vida, y asistencia para la regularización de documentos.
Sin embargo, el trajinar hasta llegar a un lugar seguro a pie o en camiones, sin cambiarse de ropa durante días, y a veces sin comer, es el día a día de las necesidades que pasan durante sus largos kilómetros de camino.
Caminantes
Este es el rostro de Alba Martínez quien después de 10 años de trabajar como almacenista en una empresa petrolera en Venezuela, la vida le cambió por completo. A raíz de la crisis que vive actualmente su país, tuvo que migrar junto a sus cuatro hijos. Durante seis meses estuvo en Colombia y desde hace 20 días está en Esmeraldas.
La venezolana menciona que optó por salir del país colombiano porque la situación está empeorando para ellos. Uno de sus coterráneos con quienes viajó le dijo que la vida en ciudades de la Costa del Ecuador es un poco más cómoda y se decidieron por Esmeraldas, luego de caminar durante días y pedir ayuda a camiones para que los transportara.
“La verdad es que acá se pasa mucho trabajo, he pedido ayuda a las diferentes organizaciones pero solo tengo la tarjeta alimentaria que me duraría seis meses y hoy me encuentro aquí pidiendo ayuda para estar bajo un techo. Ahora estoy junto a otros venezolanos en una choza sin techo durmiendo en el piso, sin dinero y con mis hijos enfermos”, expresó.
Ciudad de paso
Muchos solo están de paso por la provincia para luego buscar más oportunidades en otras, como Jhorman Monsalve quien tiene 10 días junto a su esposa y sus dos hijas de 3 y 5 años quienes sufren de desnutrición. Él recalca que no puede llamar a los números de ayuda porque le robaron el celular que traía. Por ello, buscarán otra ciudad para buscar dignidad y salud.
La presidenta del Consejo Consultivo de Personas en Movilidad, Yajaira Vílchez, dijo que cuando los migrantes empiezan su tránsito por los países de acogida, pueden ser vulnerados en muchas situaciones, ya que tienen desconocimiento de sus derechos y sus deberes.
Por otra parte, sufren de desnutrición. Al caminar varios días, padecen de problemas en la piel. No tienen medios de comunicación, documentación y esto no les permite tener una transición, ni oportunidades dignas.
Ayuda
En Esmeraldas las entidades HIAS y ACNUR, que son organizaciones cuya misión es salvar las vidas, proteger los derechos, acoger al extranjero y proteger al refugiado, tienen como planes para los venezolanos brindar apoyo y orientación legal a las personas recién llegadas.
También entregan una tarjeta de alimentación a los venezolanos más vulnerables, para que mensualmente puedan comprar comida en ciertos supermercados, además les otorgan dinero en efectivo que los beneficiados usan para pagar arriendos o servicios básicos, pero para acceder a estos beneficios demoraría entre 15 y 30 días. (MFC)
Casa para migrantes
El jefe político del cantón Víctor Orellana Ocaña, la responsable de la Unidad de Movilidad en el Municipio, Jaime Vivero y la presidenta del Consejo Consultivo de Personas en Movilidad, Yajaira Vílchez, han realizado el programa Casa para Migrantes en la necesidad de dar apoyo para crear una casa de paso a personas en movilidad humana que llegan a esta ciudad y no tienen donde pernoctar, indicó el jefe político de Esmeraldas Víctor Orellana.