Dos mujeres marcadas por la desgracia

DERRUMBE. Los metros cúbicos que descendieron de la pendiente dejaron a dos familias en la calle, quienes ahora viven gracias a la generosidad de los vecinos.

Once niños y sus madres pasaron la noche a la intemperie tras haber perdido sus casas a consecuencia del deslizamiento de una loma.

Cindy Tenorio estaba dormida junto a sus cinco hijos cuando recibió la alerta de su vecina Andrea Guagua, de que el cerro se estaba desmoronando. Enseguida sacó a los  niños más pequeños y abandonaron   el inmueble construido de manera y caña guadúa para ponerse a buen recaudo.  Afuera ya estaba Andrea Guagua con su familia, observando cómo paulatinamente la tierra se deslizaba hasta  destruir sus bienes.

Andrea Guagua, de 30 años de edad, es madre de seis hijos, y hace un año instaló su casa al filo de la pendiente. Para ella era algo normal que la tierra cayera sin necesidad de que haya lluvia, pero la noche del lunes 8 de marzo, desde las 23:00, notó que el desprendimiento  aumentaba poniendo a dos familias en peligro de ser sepultadas. Afortunadamente no hubo víctimas que lamentar, hasta los animales de la granja se salvaron pero sí perdió todo, incluida una refrigeradora de la que apenas ha pagado seis letras; solo logró recuperar dos colchones.

Solidaridad

Desde las 00:00 de ayer, 9 de marzo, las dos mujeres y sus hijos, se quedaron únicamente con la ropa que llevaban puesta. Los vecinos se organizaron para ayudarles a paliar su angustia; mientras un grupo buscaba entre los escombros, otro les proveía de sábanas y edredones para pasar la noche sobre un portal, soportando el frío de la madrugada y las picaduras de los zancudos. Al parecer, mientras los infantes descansaban, sus madres solo observaban la destrucción de sus enseres y pensaban cómo volver a comprar y cómo volver a tener un techo, ya que ninguna tiene una fuente de empleo.

Hasta el mediodía de ayer, martes,  habían recibido la visita de los bomberos y personal de Gestión de Riesgo para elaborar un informe. Mientras tanto, una vecina les ofreció comida preparada, otra persona facilitó una casa para que vivan temporalmente las dos familias y no pasen una noche más a la intemperie.

Pero tampoco disponen de utensilios de cocina.  De ahí  que apelan a la sensibilidad de las personas generosas para que les colaboren de enseres para el hogar, ropa para los menores de 17, 15, 12, 11, 8  y 2, que son los hijos de Andrea Guagua; mientras que los niños de Cindy  son de 11, 6, 4, 2 y el último tiene ocho meses de nacido. Las dos madres de familia tampoco tienen ropa, ambas son de contextura mediana.

Las personas que deseen colaborar con las perjudicadas pueden llamar al 09 85 14 15 70 y canalizar la ayuda con Cinthya González, presidenta del barrio Lucha de los Pobres.  Asimismo, la dirigente junto a otros moradores, gestionan a través del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) casas para las damnificadas. (MBC)

PERJUDICADO. Once menores de edad se quedaron sin casa, y han tenido que dormir en ese lugar, ubicado en Los Guayacanes, de la Lucha de los Pobres.

Afectados de Chinca

En la parroquia Chinca, cantón Esmeraldas, la vía que conduce a las comunidades Chigüe, Casa de Monos, La Cañita, está cerrada en tres tramos producto de derrumbes El presidente del Gobierno Parroquial, José Luis Caicedo, junto a personal del Cuerpo de Bomberos, intentaron llegar a las poblaciones para constatar los daños de las familias que han quedado incomunicadas, pero no lo lograron por lo inaccesible del camino. Agrega que están a la espera de maquinarias de la Prefectura, que ya fueron  solicitadas, para despejar la vía. El fin de semana, el estero Tahigüe se desbordó y fue afectando parte de los muros de gaviones y la carretera que conduce a los sectores ‘Brisas de OCP,  ‘Cantarrana y otras comunidades más apartadas. La creciente del río Esmeraldas, el pasado jueves, arrastró  tres viviendas ubicadas en el recinto Estero Seco. Los damnificados se reubicaron por sus propios medios a casas de familias acogientes.