Descomposición institucional.

Cuando la Revolución Francesa desarticuló a la monarquía en 1879, se forma la primera Asamblea Constituyente en París, que se encarga de crear los tres poderes del estado, como lo planteaba el filósofo Rousseau, plasmando los derechos humanos fundamentales en la primera constitución del mundo, como la libertad, derecho al trabajo, alimentación, vivienda, salud, etc.

para hacer posible la implementación de los mecanismos democráticos, se crea también los aparatos administrativos y burocráticos, como el Congreso, Presidencia de la República y Función Judicial, con ello vinieron los organismos de control, seguridad, educación, salud, etc. A los jóvenes franceses les costó sangre y lágrimas luchar en contra de reyes, hasta decapitar a la reina Maria Antonieta, quien se gastaba el dinero de los impuestos en lujosas joyas excentricidades, mientras los vasallos se morían de hambre por falta de trigo, y administración equitativa de de la riqueza francesa.

En Ecuador vivimos actualmente una crisis severa en la mayoría de instituciones, desde la Asamblea Nacional, con pagos ilegales que hacen los empleados de la Asamblea, por derecho de nombramiento, putrefacción, lo que le costó la destitución de Guadalupe LLori, ninguna producción de leyes, escándalos de corrupción, tanto en la Policía, como los casos de robo a los fondos del Seguro Social de la Policía, la muerte de la Abogada Bernal en el recinto de formacion de policias, sin que ningún poli presentes pudieran dar auxilio a una ciudadana civil, masacrada por un criminal cobarde, abusando de su grado que ostentaba. Y así por el estilo, parece que es una epidemia de cleptomanía, en casi la mayoría de las instituciones, quieren aplicar el verbo robar, quieren ser ricos rapidito, no hay límites; si es necesario perennizarse en los cargos, o poner a su hermano o madres; sucede en todas las instituciones universidades, Gobiernos provinciales y seccionales, Casa de la Cultura, Seguro Social, en fin, que hacer para corregir estos males?, que están acabando con la sociedad ecuatoriana; sin perder el optimismo, elijamos a los mejores hombres, observando su hoja de vida impoluta, que garantice el cambio.

Joffre Daza Quinonez