Dr. Manuel Castro M. | [email protected]
Cabe, con el perdón de los mayores entendidos del tema internacional, hacer un análisis desapasionado (hasta donde hay como) y objetivo (ahora individual y colectivamente todos participamos en lo bueno y malo que sucede en el mundo político, económico, militar, cultural, ideológico y social del mundo), del actual momento mundial en el que participan los cinco continentes, en medio de guerras peligrosas puntuales.
Situaciones que vienen al caso, coincidiendo con lo que casi profetizaba Bertrand Rusell, en su obra titulada “¿ Qué camino a la Paz?, en la que llega a la conclusión “que una guerra internacional es no menos inevitable que horrible, y que está muy próxima”. Y se dio tal guerra mundial.
Teoría del “Corsi e recorsi”
Sostienen Vico y otros tratadistas -que los sucesos históricos casi lo han confirmado- en que determinados eventos se repiten. Desde que el mundo habitado es mundo, la historia se repite, casi como un hecho biológico, natural. Es la teoría del “Corsi e recorsi”, que trata de la evolución del derecho natural a través de la historia, por lo que determinados eventos suceden cíclicamente, pues la historia no avanza en forma lineal, impulsada por el progreso, sino en forma de ciclos que vuelven.
Ejemplos que hay en todas las edades del devenir histórico.
Hay retornos que se repiten, aunque no en el mismo formato.
Por ello alarma la actual situación mundial: la invasión de Rusia a Ucrania, el acto terrorista de Hamás y la dura represión de Israel condenada casi mundialmente, con un velado apoyo al terrorismo, la presencia de la denominada ultraderecha, propiamente una Derecha Conservadora europea, que ha dicho:
Ni Estados Unidos, ni Rusia, ni China: Europa, que busca una Europa de naciones libres y soberanas y no “una Europa de burócratas”.
Antecedentes de la segunda guerra mundial
La II Guerra Mundial (1939-1945) tuvo como antecedente la I Guerra Mundial (La Gran Guerra, 1914-1918), horrible matanza que terminó en un armisticio llamado la Paz de Versalles, en que Alemania, la perdedora no de la guerra sino de la política, fue reducida en su territorio y obligada a pagar grandes sumas como indemnizaciones a las potencias ganadoras.
Otra consecuencia de largo alcance se dio antes de que terminara dicha conflagración: en el imperio ruso que luchaba contra Alemania, en 1917 su población se levantó contra los zares y el partido bolchevique liderado por Lenin y de ideología marxista consiguió hacerse del poder en Rusia. El miedo al comunismo por su política económica y social, dio lugar al nazismo y al fascismo, movimientos políticos que mediante una hábil propaganda se alimentaron de ese miedo. En una caricatura profética, publicada en 1918, aparecen los firmantes de la Paz de Versalles, y un niño llorando que dice: “Acaban de firmar la II Guerra Mundial”. Una inscripción en un jardín de Inglaterra dice: “Es más tarde de lo que crees”. Era tarde para asegurar la paz mundial, aunque se refiere a la soledad del anochecer es oportuna cuando se refiere en la amenaza que tiene todo acto humano fatal.
El camino a la II guerra mundial
La obra magna de Hitler fue “Mi Lucha”. Al principio el autor la había titulado como “Cuatro años y medio de lucha contra las mentiras, la estupidez y la cobardía”, que en resumidas cuentas fue el manifiesto ideológico del partido nazi, en la que refiere a las consecuencias de la Primera Guerra Mundial, a su enemistad con los franceses, a la mala influencia que ejercían las razas mestizas y sobre todo, a la falta de “espacio vital” que sufrían sus conciudadanos (en Austria, Checoslovaquia, Polonia), hecho que justificaba expandirse militarmente al este con el objetivo de invadir Rusia debido a que creía en la inferioridad racial del pueblo eslavo y se oponía al avance del comunismo.
Recurría, asimismo, como tesis principal el “peligro judío” y su conspiración mundial. Y que el éxito de Alemania solo sería posible gracias a la pureza de raza de sus habitantes, de donde nace la exaltación de la raza aria y la idea del exterminio de los judíos.
Una vez en el poder absoluto, los nazis pusieron en marcha sus planes económicos, bélicos y raciales, juntamente con sus aliados Italia y Japón, hechos que históricamente se conocen al detalle, y que terminó con su derrota en 1945.
Es imprescindible anotar que, en las acciones de Hitler en 1938 de consolidar sus objetivos de anexionar Austria a Alemania y tomar la zona de los Sudetes de Checoslovaquia, sucedidos antes de que se inicie la II Guerra Mundial en 1939, las potencias europeas hicieron poco más que levantar enérgicas protestas. El primer ministro británico, Neville Chamberlain, tras tolerar tales atropellos, afirmó haber conseguido “paz para nuestros tiempos”, que solo condujo a que Hitler cumpla su siguiente objetivo:
Polonia. Y que se desate la II Guerra Mundial que causó 50 millones de muertos entre soldados y civiles, destrucción de ciudades y países, y la guerra fría entre la URSS, convertida en gran potencia comunista y Estados Unidos capitalista por excelencia y por cierto representante del “mundo libre”, que terminó con la caída del Muro de Berlín y la disolución de la URSS. Y que es la tan no nueva etapa que vive el mundo sin que tampoco se viva la paz en “nuestros tiempos”.
Auge de la denominada ultraderecha
Igual que el término “neoliberalismo” el término “ultraderecha” son casi inventos más que ideológicos, idiomáticos, y que son usados peyorativamente por la izquierda radical para combatir y destruir los nuevos movimientos de una Derecha Conservadora que tiene sus aciertos y desaciertos como toda política e ideología, ante el fracaso del izquierdismo y el avance de la derecha, sobre todo en Europa.
El riesgo es nulo de tal “ultraderecha” al menos para los partidos grandes. Lo cierto es que la Derecha ha asumido el discurso de la izquierda en los temas sociales: matrimonio homosexual, la no acción contra la inmigración ilegal y masiva, las leyes de género, la normalización del aborto, ganando el apoyo de gran parte de la ciudadanía. Mediante sufragio directo en el Parlamento Europeo la Derecha ha aumentado su representación, tiene 720 miembros, por lo que se ve claramente la tendencia política de los votantes. Derecha Conservadora que en muchos casos coincide con la Democracia Liberal, pues defiende los derechos humanos, la libertad, la igualdad, el estado de Derecho y ayudas internacionales para los países más vulnerables.
En Francia Marine Le Pen da un gran golpe y dobla en votaciones al partido de Macron. Hay un rechazo al comunismo de Mélenchon y poco les preocupa a los ciudadanos franceses que les tachen de ultraderechistas o fascistas. La Comisión Europea y los líderes europeos hasta tratan de atraer a un pacto político a Meloni de Italia, quien está a favor de la financiación a Ucrania y sanciones a Rusia y de apoyo a Israel. Algo parecido sucede en España, en Finlandia, en Suecia, con grupos conservadores.
Pactos peligrosos de régimenes totalitarios
El peligro de que lleguemos a una contienda mundial no es descartable, aunque dos o tres países tengan armas nucleares que posiblemente impedirían una mutua destrucción.
De pronto nos ponemos todos exigentes, pero la verdad es que no hay soluciones para todo, hay temas sobre los que jamás habrá acuerdo, pero una sociedad democrática debería avanzar respetando el desacuerdo, que es el encuentro con lo diferente y desafiante. Pero preocupa la firma de un acuerdo de “asistencia mutua en caso de agresión externa” entre el presidente ruso, Wladimir Putin, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong- un, cuando ambos países alientan la guerra contra Ucrania. Hecho que ha causado alarma y consternación en Seul, Tokio y Washington y sus aliados en Europa y Asia, y en la OTAN, además confirma el alineamiento muy estrecho entre Rusia, China e Irán. La paz mundial entonces no está asegurada.
América y la influencia europea
En Latinoamérica gobernantes como Maduro, Ortega, Díaz-Canel, AMLO, Petro, claros enemigos de la libertad, también hablan a nombre de la democracia y de la soberanía popular, y más aún cuando, al menos por un tiempo y medios lícitos e ilícitos, son capaces de ganar elecciones.
Y estos países o sus gobernantes están alineados con Rusia, China, e irán, mientras sus pueblos viven una tragedia, ausentes de una concepción liberal, sujetos a la represión y faltos de libertad.
Países como Cuba, Venezuela, Argentina (con el peronismo), Ecuador (con Correa) Bolivia y Nicaragua, han vivido o viven los desmanes del llamado Socialismo del Siglo XXI.
De pronto, por contagio de lo que sucede en Europa, mediante elecciones directas podría conducir a ciertos países americanos a una ultraderecha, propiamente a una Derecha Conservadora, con sus pros y contras, pues ya no soportan al Socialismo del Siglo XXI, que no repara en atacar todo movimiento que no coincida con su populismo casi marxista, que lo que quieren es el poder en forma permanente. Sin juzgar el futuro por ejemplo Milei tiene enemigos en todas partes que quieren sabotear el proceso, con agentes cubanos y venezolanos.
Estados Unidos es otro cantar. Es el país al que todos quieren ir a vivir y trabajar. Pero allá también suena el populismo. Ventajosamente sus instituciones son fuertes y la suerte casi siempre le acompaña, como a los perros y a los borrachos, según dicho popular. Los períodos presidenciales apenas duran ocho años para el mismo mandatario. Hoy, en elecciones, se debate entre un candidato acusado o de evidente senilidad y otro con prontuarios penales, de quien se puede decir si gana: Suerte le dé Dios que el saber poco le importa.
Ecuador incluso no está alejado de lo que pasa en Europa. Influyen tales acontecimientos en el país en los aspectos económicos, comerciales y hasta ideológicos.
Vive una guerra contra el crimen organizado, contras los pactos políticos delincuenciales, la corrupción y las exigencias de que se solucionen todos sus problemas. Lo grave es que los líderes políticos no afrontan la verdad -ya dicha- de que no todo problema tiene solución.
Un mundo espectante
Lo cierto es que el mundo está angustiado, el temor a una guerra de grandes magnitudes está latente, los problemas sociales se solucionan muy parcialmente, la democracia liberal es atacada, las grandes potencias miran ciegamente solo sus intereses. Sin embargo, el mundo ha sabido salir adelante, pero a un alto costo de vidas y bienes.
Los aspectos que alarman a los ciudadanos en general deben ser debatidos seriamente. Una guerra, grande o pequeña, solo produce perdedores.
Cicerón ya lo dijo: “Siempre la mala paz es mejor que la mejor guerra”. Hoy queda únicamente para frase ingeniosa la de Anatole France: “El arte de la guerra consiste en ordenar las tropas de tal modo que no puedan huir”. La tecnología nuclear produciría un terror global, no habrá huyentes, solo víctimas civiles y militares.
Dr. Manuel Castro M.