Ante la inminente crisis por la contaminación jóvenes y adultos se unieron para preservar el medio ambiente.
Tomaron la iniciativa, convocaron juntas e idealizaron proyectos con el único fin de recuperar los espacios verdes perdidos por la acumulación de la basura plástica cerca de las orillas, esa fue la acción que llevaron jóvenes y adultos por preservar las riberas de San José de Chamanga, del cantón Muisne.
Anteriormente allí crecían especies como la concha, pero por la contaminación desaparecieron, ahora la comunidad busca con la limpieza y reforestación mejorar las condiciones de hábitat de ciertas especies que han servido de sustento productivo de la zona.
Patricio Patiño, coordinador del Club Semillas del Futuro de Chamanga, expresó que la idea es implantar políticas de planificación con toda la comunidad para trabajar en la transformación cultural y ganar empoderamiento de las zonas más vulnerables por los desechos ambientales que arriban desde los ríos o mares.
Agregó que los residentes seguirán trabajando en las labores de limpieza, además hacen un llamado a la conciencia de la población para cambiar la mentalidad y no retomar la contaminación, el deterioro de los recursos naturales y el desbalance en el ecosistema.
Afectación
Cómo resultado de la polución la ribera de San José de Chamanga ha sido impactada por las camaroneras que utilizan químicos y smog, dejando rastros de residuos en las aguas alterando la vida silvestre y marina.
Los diferentes grupos que se han conformado para la misión de reforestación han tomado alternativas que parte de la conciencia ciudadana. “Primero deben cambiar el chip personal todos los habitantes para que así tomen con más seriedad la polución que viven actualmente”, señaló Patiño.
Entre las actividades más realizadas por los participantes, están las mingas y limpiezas de las calles y diferentes barrios de la comunidad. Ibeth Orozco, activista ecológica dijo que la intención es cambiar el actuar de la parroquia y a futuro contribuir para que las nuevas generaciones se interesen por cuidar el espacio en el cual crecieron.
A través de rifas o comidas los activistas ecológicos han recaudado fondos para trasladarse a cualquier parte de la parroquia o fuera de ella, lo importante sostienen es continuar con las labores de limpieza y reforestación.
Objetivo
Más allá de las labores de limpieza y reforestación por parte del grupo ecológico, la comunidad se proyecta en construir puentes de diálogo para mejorar las condiciones actuales del sector.
“Me gustaría que se unan más personas al proyecto, más esmeraldeños y autoridades como la alcaldesa, la prefecta y que nos ayuden a arrancar nuestra casa de la contaminación”, indicó Orozco.
Finalmente, el coordinador del grupo ambiental recalcó que el grupo semillas de Chamanga trabaja arduamente junto a otros siete clubes ecológicos de las diferentes parroquias aledañas que también presentan el mismo problema, todos ellos están dispuestos a recuperar las especies y el hábitat perdido por la contaminación de desechos líquidos y sólidos.