CARLOS CONCHA JIJÓN

CARLOS CONCHA JIJÓN
CARLOS CONCHA JIJÓN

El correismo vive

Decir que Correa no tuvo liderazgo en la conducción del país, sería como negar una verdad que entró en la conciencia nacional y que en algunos momentos se llegó hasta la adoración, por algunos incondicionales.

También es cierto que revolucionó el país manejando con exquisitez el engaño. Se auto proclamó revolucionario con ideas que nada tenían de revolucionarias, pero qué se calaron en sus incondicionales, como un canto de victoria.

Manejó la orquesta del desastre con las batutas del socialismo siglo veintiuno embadurnado con pinturas del engaño, que llegó a ilusionar como si fueran sonidos embriagadores de ofertas, que resultaron ser simples, atrevidas y perversamente engañadoras.

El gran Mashi, inspirado en sus argucias derramó inconteniblemente un derroche de elocuencia, que impactó profundamente en las aspiraciones del pueblo ecuatoriano para dar una especie de maná, pero no del cielo. El correismo vive, pero está muy claro que está muriendo porque se perciben los sonidos de estertores de la muerte y está quedando al descubierto la catástrofe a la que nos llevó esa politiquería desastrosa, mentirosa e humillante, que intentó destruir la democracia, asumiendo la figura de un vulgar dictadorzuelo, endiosado en el poder.

El correismo sepultó por varios años las aspiraciones del pueblo ecuatoriano y vandalizó la política y transformó las instituciones del sector público, comenzando por la Presidencia de la República en donde dejaron sus huellas y hoy están cumpliendo sentencias por sus atracos, otros prófugos de la justicia y el Mashi también prófugo y condenado a ocho años de prisión, más otros delitos muy graves en tramas con el socialismo siglo veintiuno venezolano.