Bien Sr. Lasso, pero…

Eduardo Chiriboga Aponte
Eduardo Chiriboga Aponte

La primera promesa cumplida de Lasso, le abre la posibilidad de convocar a una inevitable Consulta Popular que le brinde legalidad en las propuestas para sacar al país de la crisis en que se encuentra, y de romper la oposición irreflexiva que Pachacutik y UNES le han declarado. El pueblo votó por la propuesta de CREO, y observa cómo un Legislativo auto desprestigiado, intenta desestabilizar el programa de gobierno ganador, que aspira obtener mayores ingresos fortaleciendo rubros del sector estatal para mejorar los índices de desarrollo. No obstante, Lasso sostiene que nuestro sector privado exportador es fuerte y solvente, mencionando taxativamente a las exportaciones tradicionales, lo que no es suficiente. La fórmula del éxito, es tener un sector privado de un 80%, diversificado y motor del desarrollo; y el estatal de un sólido 20%.

Y si apunta a que la inversión privada en los sectores estatales (petróleo, minería…) llegue y creen el empleo que el país necesita, este sería temporal; y si no se piensa en la diversificación de las exportaciones nacidas de un agro tecnificado, proveniente de la capacitación asociativa en un país de pequeños productores; únicamente los sectores exportadores clásicos crecerían, llenándose de trabajadores, y sin desarrollo social dentro de las cadenas productivas. Es decir, el plan de Lasso es bueno, pero omite el fortalecimiento del agro, asociativo o no, dotándolo de tecnologías e insumos sin gravámenes y hasta subsidiados, regularizando la intermediación, a más del acompañamiento en su búsqueda de mercados.

Luego del anuncio de la disminución y eliminación de los bienes de capital e insumos para el agro, increíblemente, éstos han subido…lo que demuestra que el sector comercial y la salvaje intermediación especulan sin miramientos. Por lo que el control de los costos de producción, por ahora es una quimera. Tal como lo fue, el tibio “exhorto” a que la banca baje sus intereses, sabiendo que esto se debe hacer de manera muy distinta.

Lasso tiene que “jugársela”. La reforma política y laboral plasmada en una Consulta bien promocionada, es impostergable. Los cambios no pueden demorar.

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