Es la del Mashi que impregnado de perseverancia continua de manera insólita manifestándose desde el exterior con ayuda de sus sequito de adoradores, que aún subsisten en el país. Es claro deducir, que su interés radicaría en mantenerse vigente impelido por su espíritu revanchista pavonado de vanidad.
Su accionar aparece como una lucha innoble, distorsionando la verdad, pero creando infructuosamente episodios matizados de falsedad absoluta, que sin embargo dejan una puerta abierta, que induce a la credibilidad bajo un escudo mentiroso. El cinismo se maneja camaleónicamente con fanfarronería impactando y abusando de la nobleza e inocencia de la colectividad.
No existe duda, que el liderazgo que tuvo cuando envolvió al pueblo ecuatoriano cayó bajo el embrujo de su bien elaborada demagogia que hoy ha disminuido considerablemente, porque su retórica quedó al descubierto con la luz de la verdad, que desvirtuó cualquier especulación antojadiza y condujo a la justicia a ejercer sus cometidos con las leyes.
Hoy el Mashi subsiste en el exterior como hierba mala incentivando a muchos de sus seguidores incondicionales, que siguen engatusados con sus peroratas derivadas de su espíritu mal sano. Desde el exterior el Mashi pretende ejercer influencia, con el fin de desvirtuar la cadena interminable de delitos por los cuales fue procesado y juzgado junto a sus adeptos por una trama de organizaciones delictivas.
Sin embargo, ha permanecido en el exterior oficiando de cachiporrero, para lanzar inconteniblemente una cadena interminable de peroratas, que se esparcen por su contenido fatuo como palabrería simplona.