Amor al prójimo

JORGE NIEVES
JORGE NIEVES

Nadie creyó en nadie, y cada quien creó su propia vacuna. El miedo sigue siendo el arma más poderosa para controlar la conciencia de los pueblos y este miedo difundido de manera sistemática por los medios de “información” y comunicación consigue el efecto deseado, obediencia ciega.

Los países poderosos del planeta frente a la pandemia realizaron su propia investigación del virus, y sacaron sus propias conclusiones, por eso cada cual elaboró su propia vacuna, y la lanzaron al resto del mundo en un proceso experimental perverso, pues fundamentaron su ejecución en el miedo para poder tener el control del experimento.

Cada país quiso comprobar el poder de su vacuna como arma biológica, porque si no fuera este el fin, ¿Por qué no se unieron, o complementaron sus investigaciones? y elaboraron una sola vacuna menos experimental? El temor que se sembró en la humanidad siempre tuvo un carácter controlador, conductor, alarmante, lo cual no es propio de una verdadera investigación científica, siempre hubo una información sesgada a la verdad.

Nos informan que van aproximadamente 4 millones de victimas mortales, pero no sabemos cuantos millones resistieron al virus y están vivos, ya que estos son los verdadero portadores de los anticuerpos naturales al propio virus, no como la vacunas que son una simulación del virus o una fotografía sin revelar.

El virus realizó una destrucción selectiva de las personas que contagió, con la resistencia de los sobrevivientes limitó su población de agresión. pero también la injusticia social que se vive en los sistemas de salud no solo en los países de tercera también hizo su parte en esta matanza.

Cuatro millones de muertos por la pandemia, ni cerca a los millones del holocausto nazi, ni cerca a millones de muertos por las guerras sistemáticas en el planeta, ni de cerca a los millones de niños que mueren de hambre en la más vergonzante miseria, todas estas lacras son pandemias endémicas que este ser humano puede evitar.

Para todo principio existe una sola verdad, para el origen y desarrollo de la pandemia también, y no es la de los gringos, ni la de los chinos, ni la de los británicos, ni las de los rusos, la verdad de ellos es el control, el poder, la dominación, y el miedo les es un instrumento muy útil

Por el contrario la única verdad que tiene todo principio es el amor al prójimo.