Visiones de la seguridad, enfrentadas

En esta campaña presidencial están en disputa no solo diferentes visiones de la economía y de la organización del Estado; en la seguridad también se aprecia una gran diversidad de criterios. Cada uno de los principales candidatos ve el problema a su manera y señala a un ‘culpable’ distinto.

Fernando Villavicencio exhibe hasta ahora una visión nacionalista. Asegura que el crimen organizado es un enemigo que ha venido de fuera y que la violencia es importada; su enfoque es el de un país que debe luchar contra invasores y grupos colaboracionistas. Jan Topic, en contraste, apela al enemigo interno y al enfoque militarista; bajo su óptica, hay una fracción perniciosa de la sociedad sobre la que el Estado tiene que dejar caer toda su fuerza. El correísmo, en cambio, enfatiza un pragmatismo amoral; en su discurso —con máximas de su líder del tipo “si hubo pacto para bajar la violencia, entonces lo mejor sería volver a pactar”— demuestra estar dispuesto a lo que sea con tal de bajar nuevamente los indicadores. Otto Sonnenholzner, en cambio, menciona la necesidad de combatir el crimen organizado sin descuidar la inversión social y la depuración de la justicia; una propuesta lógica y sincera, quizá bastante optimista.

Siempre existe la posibilidad, probada en campañas anteriores, de que el candidato diga lo que cree que la gente quiere oír. Resta esperar a que, además, estén bien informados sobre las verdaderas capacidades y posibilidades del país, para que al fin de cuentas no sean solo las circunstancias, las presiones externas y los actos criminales los que dicten la política de seguridad.