Cuando el Gobierno no comparte información con la población, es inevitable que ésta caiga en suposiciones. Como reza la máxima, la porción de una historia que se desconoce suele completarse con prejuicios.
El régimen anterior mantuvo a ciegas a los ecuatorianos con respecto a los detalles del proceso de vacunación contra el Covid-19. Al no saber con certeza qué sucedía y ante las reiteradas complicaciones de la campaña, la opinión pública vio en ello un producto de la corrupción y la incompetencia.
La mayoría de países ha enfrentado problemas en sus procesos de vacunación, pero las democracias más maduras los han comunicado a su población y, en casi todos los casos, esta ha respondido con paciencia e indulgencia.
Otros países, como Ecuador, tuvieron una política de opacidad y confusión. Ante la expectativa y la desesperación, los ciudadanos no entienden qué es lo que ha salido mal. El gobierno armó un plan de vacunación paralelo, sin mostrar responsabilidad alguna; también hay grandes conglomerados empresariales que recibieron vacunas.
Para el resto de la población, ¿hubo falta de recursos para comprar vacunas? ¿Qué sucedió con las bases que prometió gestionar CNT? ¿Hubo errores de logística y organización, faltó voluntad política?
El nuevo Gobierno ha tenido el coraje de plantear un objetivo ambicioso y cuantificable para vacunar a 9 millones de ecuatorianos en 100 días. Y para contar con el apoyo y confianza de la población, es necesario que informe desde ya, de forma clara y unívoca, sobre su avance y sus contratiempos.
FRASES DEL DÍA
«La democracia permite pequeños estallidos para de esa forma evitar los estallidos mayores.”
Indira Gandhi (1917-1984), exprimera ministra india
«Mi pueblo y yo tenemos un acuerdo. Pueden decir lo que les plazca y yo puedo hacer lo que me plazca.”
Federico II, el Grande (1712-1786), rey de Prusia