Una medida para la mayoría

La menstruación no es algo opcional, pero afecta apenas a las mujeres, una mayoría que suele ser tratada inexplicablemente como minoría.

Para desventura de la población femenina, sus efectos no se extienden al resto de la población, a diferencia de lo que sucede con la falta de planificación familiar o la contaminación; por ello, la sociedad ha optado por ignorar las tremendas consecuencias económicas y sociales de este fenómeno, y el Estado no ha tenido prisa por intervenir.

El debate alrededor del proyecto de Ley de Salud e Higiene Menstrual ha puesto en evidencia esa indolencia.

La menstruación implica un gasto muy significativo para las familias ecuatorianas. Muchas veces, la falta de recursos para atenderla debidamente conlleva ausentismo escolar o problemas en el desempeño laboral que, a largo plazo, marcan una innegable diferencia que afecta exclusivamente a las mujeres.

Bajo cualquier marco de análisis bienintencionado, una situación como esta, en la que un grupo de la población está en clara desventaja debido a factores fuera de su control e imposibles de evitar, amerita ayuda por parte del Estado.

Que el Estado garantice el acceso a productos de higiene menstrual a las más de cinco millones de ecuatorianas que lo requieren es una iniciativa justa y de bajo costo, que pondría fin a la sensación de indefensión que tantas ciudadanas enfrentan. No hacerlo, en un país repleto de subsidios que derivan en derroche, es indolente e injusto.

 

 

FRASES DEL DÍA

«Un flujo constante de dinero ‘gratuito’ es la manera perfecta de mantener en el poder a un gobierno ineficiente o sencillamente malo.”

Dambisa Moyo (1969)
Economista zambiana

«Vivimos en un mundo en el que el coraje es mucho más escaso que el talento.”

Peter Thiel (1967)
Inversionista germanoestadounidense