Todos los poderes, todos

Hace quince años y a pretexto de acabar con la corrupción, charlatanes y aventureros embaucaron al votante y con toda impudicia se tomaron todos los poderes del Estado. Nada se salvó de su control, ni la vida personal de los ciudadanos.

Armaron tinglados para repartirse los fondos públicos, pero no todo le sale bien a quien actúa con felonía. La justicia internacional empezó a descubrirlos y, aunque llena de acólitos, a la criolla no le quedó más que juzgarlos.

Con un gasto desbocado y un sistema electoral sumiso colocaron a un sucesor que les juró fidelidad. El correísmo nunca aflojó el real control de los estamentos del poder y aunque el sucesor nos les fue totalmente leal respetó ciertos compromisos.

Tras catorce años, somos testigos del ‘reencuentro’. Ignorando los pasados agravios, se ríen de lo que el pueblo decidió en consulta popular. La Asamblea, para agraciarse con el que ya coronan como ganador, rompió el orden legal y borró la reforma constitucional. Entonces quedará con vida el Consejo de Participación Ciudadana, la institución más desprestigiada, clave para retomar el control de todos los poderes del Estado.

Taparán la corrupción con el golpe a la independencia de la Fiscalía General, niegan la carrera judicial y remueven las garantías para que los ciudadanos denuncien actos de corrupción. Pronto, sus cómplices y militantes saldrán de madrigueras y cárceles, los fugados regresarán del dorado autoexilio, se sacarán los grilletes y volverán a exhibir sus mal habidas fortunas.

La sombra de la dictadura es evidente y la luz está en manos de los ciudadanos.

 

«Una cosa es querer un compañero y otra conformarse con un sillón de orejas.”

Maruja Torres (1943 – )
Periodista y escritora española.

«Nunca confundas un solo fracaso con el fracaso final.”

F. Scott Fitzgerald (1896 – 1940)
Novelista estadounidense.