Sin ensuciarse las manos

Toda la energía del Gobierno está puesta en convencer a la ciudadanía de que no existen acuerdos bajo la mesa tras la excarcelación del ex vicepresidente, Jorge Glas. Se muestran como puristas de la democracia que, por su propia ingenuidad y buena fe, quedaron a merced de sus oponentes. El presidente Guillermo Lasso afirma que “el respeto a la independencia de los poderes del Estado” le impide actuar al respecto y que, además, no puede gobernar en función de sus rencores personales. El régimen le ha apostado a la trillada estrategia de venderse como moralmente superior para compensar una derrota real.

No es correcto que Lasso le venda a la ciudadanía la falsa ilusión de que debe elegir entre un mandatario tiránico que se apodera del Estado y una indefensión permanente en la que el respeto al orden constituido implica que nada se puede hacer ante las osadías y triquiñuelas de las mafias políticasSu inacción no resulta tan noble cuando hay tantos elementos sospechosos: la inusitada velocidad con la que se tramitó el habeas corpus, los inconsistentes informes médicos, la docilidad de los delegados del SNAI y del Ministerio de Gobierno o los sumisos comunicados iniciales.

Siempre es cómodo declararse demasiado virtuoso como para dar pelea. El problema es que, en el contexto actual, eso significa anunciarse inofensivo frente a oponentes de una peligrosidad que el Presidente parece ya no alcanzar a percibir. Ahora, tras la jugarreta Glas, se avecinan más picardías e ingeniosos complots que requerirán un liderazgo a la altura en el Gobierno. Si Lasso piensa jugar limpio, que tenga al menos presente que el resto no lo está haciendo.

FRASES DEL DÍA

«A veces es mejor callar todo que mentir en parte”.

Dolores Redondo (1969), escritora española

«La crítica mala solo destruye a una obra mala; a una buena, no la afecta en absoluto.”

Jorge Amado (1912-2001), escritor brasileño