Sin control sobre las cárceles

El nuevo motín en las cárceles, con sus ulteriores crímenes sórdidos, ha caído como un balde de agua fría sobre la sociedad ecuatoriana. La esperanza de que los sucesos dantescos de febrero pasado fueran apenas un hecho aislado que no se repetiría jamás, producto de un régimen en crisis, ha sido destruida. Es evidente que el país enfrenta una severa crisis penitenciaria cuya profundidad y consecuencias trascienden a cualquier gobierno o momento político.

Tras la horrorosa violencia de la que el país ha sido testigo en estas revueltas, hay un sólido consenso social con respecto a la urgente necesidad de que el Estado retome el control de las cárceles y ponga fin a la barbarie.

¿Quién podría oponerse a ello? A las personas privadas de la libertad y a sus familiares les interesa más que a nadie que se imponga un orden que garantice su vida e integridad. La ciudadanía quiere poner fin a esos feudos del crimen organizado y el narcotráfico, en los que se ordenan los peores crímenes y se incuban los más siniestros delincuentes. Los únicos que se oponen son los beneficiarios -los virtuales dueños- del inoperante y corrupto sistema vigente.

Para justificar la incompetencia, se apela a excusas logísticas o técnicas y afirman que el control efectivo es imposible. Otros países han revertido crisis peores que las nuestras y de manera exitosa, el Estado debe destinar recursos y el mundo ofrece todas las herramientas tecnológicas necesarias. El apoyo popular, lo más difícil, está ahí; pero, ¿existe voluntad política?

FRASES DEL DÍA

«Los seres humanos solemos ser incapaces de percibir aquello que no estábamos ya esperando.”

Lisa Randall (1962), física norteamericana

«La salud no lleva a analizarte ni a observarte. Solo los enfermos nos conocemos más profundamente.”

Italo Svevo (1861-1928), escritor italiano