Salvar al ‘decano’

La pandemia ahondó también la crisis de los medios de comunicación tradicionales en el país y el mundo. El golpe fue económico y personal; muchas redacciones se desintegraron y otras debieron reinventarse en nuevos modelos digitales.

El tiempo, lectores y audiencias juzgarán si los medios y los periodistas pudimos adaptarnos al cambio.

Tras 14 años bajo el correato y el morenismo, la solución (fácil) fue iniciar el proceso de liquidación de la Empresa de Medios Públicos, reducir el número de trabajadores al mínimo y restar, por ejemplo, el trabajo de El Telégrafo, cuyo primer ejemplar apareció en 1884 ganándose el título de ‘el decano’ de la prensa nacional.

Mucha tinta se ha usado para cuestionar si son medios ‘públicos’, gubernamentales o partidistas, o si sus directores fueron periodistas o activistas. El Estado usurpó este y muchas otras empresas privadas, con una mentirosa bandera de redistribución y “democratización” de la propiedad. Y, como este, muchos proyectos emblemáticos y exitosos murieron en manos de un régimen corrupto, inútil e inoperante.

Ninguno de los dos gobiernos entendió lo que pudo ser un próspero proyecto de comunicación pública; no le faltó recursos pero le quedó grande una realidad que requería nuevos modelos de sustentabilidad.

En los ‘pasillos virtuales’ se dice que el futuro de los medios públicos espera al próximo gobierno. Quien llegue deberá entender que El Telégrafo no es más un trofeo político, sino un patrimonio de y para la audiencia.

Si fuese el rey, rectificaría el error que achica a la mitad de la humanidad: la mujer sin derechos.”

Émilie Du Châtelet (1706-1749)
Matemática y física francesa.

 

 Toma 20 años construir la reputación y cinco minutos destruirla.”

Warren Buffet (1930 – )
Inversionista, magnate y filántropo; EE.UU.