Reglas claras para los policías

El caso del policía Santiago Olmedo demostró cuán inflamados están los ánimos en el país con respecto al uso de la fuerza en la lucha contra el crimen. La condena por extralimitación que recibió el cabo segundo despertó reacciones adversas incluso de parte del presidente de la República, Guillermo Lasso, y de la ministra de Gobierno, Alexandra Vela; motivó asimismo protestas y pronunciamientos de solidaridad con el agente de parte de numerosos personajes públicos, políticos y miembros de las fuerzas del orden.

La sentencia de primera instancia llega en un momento crítico. Trece policías fueron asesinados el año pasado y, solo en los últimos días, se produjeron dos episodios similares al de Olmedo; en uno de ellos un agente se vio obligado a abatir a su atacante en defensa propia, mientras que el otro se saldó con el asesinato de un reputado policía. Es justo preguntarse qué efectos tendrá la decisión de los jueces en el comportamiento de las fuerzas del orden en un contexto como este.

Sin embargo, es reprochable que exista, entre ciertos sectores, regocijo cuando se produce la muerte de presuntos criminales a manos de fuerzas del Estado. En Ecuador no existe ni se debate la pena de muerte; y la Policía no es juez ni, peor aun, verdugo. Bajo ninguna circunstancia la discusión puede deslizarse hacia justificar la venganza y la barbarie del ‘ojo por ojo’. Lo oportuno en este momento es insistir en que se establezcan reglas claras que permitan a los policías proteger su integridad y la de los ciudadanos sin temor a subterfugios legales o caprichos políticos.

FRASES DEL DÍA

«El orgullo es el primero de los tiranos, pero también el primero de los consuelos.

Charles Duclos (1704-1772), enciclopedista francés

«Las buenas ideas suelen ser tan simples que todos se preguntan cómo no se les ocurrió antes.”

Estee Lauder (1908-2004), empresaria estadounidense