LUIS COELLO KUON YENG
Raya y el último dragón, es una película animada producida por Walt Disney Pictures. Sinceramente, creo que los dos candidatos que competirán en la segunda vuelta electoral deben verla. El argumento trata acerca de la existencia de la Gema del Dragón, la cual es tratada de ser sustraída y en esta puja sufre un accidente y termina fracturada en varios fragmentos. Al estar ya hecha pedazos liberan a los Drunn, los cuales petrifican a las personas. Los diversos fragmentos son tomados por las tribus y llevados a sus lugares de origen.
Todos sufren los ataques de los malvados seres Drunn condenando a esas tierras a la desolación, caos y miedo. Cada tribu atesora su pedazo de gema para sentirse seguros y a salvo, pero nadie es capaz de volver a formar una sola pieza por el temor a ser dominados o ceder espacio de sus territorios. La desconfianza los separa aún más de lo que ya están disgregados por la ambición. Esto nos pasa como sociedad. Por un lado la disciplina de denostar en contra de las empresas y por el otro un pueblo necesitado de todo pero seguimos igual o peor que antes.
El odio nos impera. Un pueblo indígena que con justa razón lucha por reivindicar sus derechos exponiendo sus necesidades pero dirigidos por “lideres” que ven la violencia como única forma de obtener sus peticiones. Más de 500 años y el espíritu del dominio español no cesa en un grupo que ve en esa bandera una opción de perpetuarse y mantenerse. La lucha no es en contra del “imperio español”, la lucha es en contra de la pobreza, en contra de la desigualdad ofreciendo el marco de derecho jurídico justo equitativo para que las personas prosperen. La desconfianza nos cunde, carecemos de solidaridad, el ejemplo más evidente la lista de vacunados VIP mientras los que se juegan la vida en primera línea, son relegados y ni se diga de las personas más vulnerables.
Cuando alguien dice, voy a refundar al país, conmigo empezará el verdadero cambio, vamos a crear la patria nueva, pero miren seguimos igual. El que es rico por herencia o trabajo, si su caudal es lícito, no debe ser denostado. Si crea trabajo con seguridad social a sus empleados, paga impuestos, no se lo debe señalar. Pero como nación estamos divididos. Hay que recuperar la confianza, pero los actores políticos deben demostrar seriedad y transparencia. Seamos más solidarios.