¿Quién defiende a los estudiantes?

Contradiciendo las insistentes promesas de hace unos días, las autoridades del Ministerio de Educación suspendieron el retorno a clases presenciales en casi todo el territorio nacional. Nadie se opone a tomar las medidas que sean necesarias para salvar vidas, pero llama la atención la facilidad con la que el Comité de Operaciones de Emergencias (COE) dispone la suspensión de las clases y, sobre todo, la docilidad con la que el Ministerio de Educación lo obedece.

Si es que la ministra María Brown no es capaz de defender ante el resto de las autoridades el carácter prioritario de la educación presencial y de exigir que la suspensión de las clases sea un absoluto último recurso, nadie más lo hará.

Para los políticos, cerrar las escuelas es una medida cómoda y tentadora. Los niños no pueden sino obedecer y las autoridades se muestran como bondadosos protectores. Es fácil de implementar -y habrá quienes lo justifiquen como un mal menor para la economía- a diferencia del control de actividades mucho menos ‘esenciales’ que el gobierno tolera solo por la dificultad que implicaría limitarlas. Por eso, las autoridades seguirán abusando de esta medida —una, otra y otra vez— si así se lo permiten.

La ficción de la virtualidad ya ha llegado al límite. Quienes cargarán con las consecuencias hoy son muy jóvenes para saberlo. Mas no sus madres que, en gran mayoría, además de lidiar con los colosales desafíos laborales de la pandemia, de informalidad, violencia y precarización, terminan asumiendo la complejísima tarea de la educación de sus hijos, o ignorándola por completo pues el hambre llama. Todo, porque el Gobierno se permite tratar a la Educación como la última rueda del coche.

FRASES DEL DÍA

«La inteligencia de una muchedumbre es la raíz cuadrada del número de personas que la conforman.”

Terry Pratchett (1948-2015), comediante inglés

«Nada contribuye más a serenar a la mente que el tener un propósito firme.”

Mary Shelley (1797-1851), ensayista británica