Por un mundo laboral sin excluidos

Cualquier sistema construido para beneficiar y proteger apenas a la cuarta parte de la población, a costa de excluir al resto, sería considerado intolerable por la población y rápidamente desechado. Peor aún si marginase de forma desproporcionada a pobres, mujeres, personas con discapacidad y otros grupos vulnerables.

Esa es,precisamente, la situación de la legislación laboral ecuatoriana, que ha permitido que apenas la cuarta parte de la población económicamente activa tenga un trabajo formal. Sin embargo, en lugar de impulsar una reforma radical y urgente, muchos actores políticos insisten en defenderla a ultranza.

En Ecuador, la legislación laboral obedece a una realidad caduca de hace un siglo; cuando los sectores eran mucho más seguros y la economía menos dinámica, el trabajo era un privilegio reservado para los hombres, la conexión con el mercado mundial era mínima, la población económicamente activa proporcionalmente mucho menor y la esperanza de vida considerablemente más baja.

 Ese mismo marco legal, en la época actual, conlleva costos prohibitivos de contratación para empresas condenadas a moverse en un entorno mucho más cambiante e impone injustas barreras a madres de familia, jóvenes, personas con discapacidad y demás sectores que ansían alternativas más flexibles.

El país no puede seguir prescindiendo de tres cuartas partes de su fuerza laboral. El financiamiento del Estado, la Seguridad Social, la reactivación económica, requieren que el país aproveche todo su potencial humano. Eso jamás podrá lograrse sin una ambiciosa y profunda reforma laboral.

FRASES DEL DÍA

«El ridículo puede incluso ser un escudo, pero no es un arma.”

Dorothy Parker (1893-1967), escritora estadounidense.

«Los cobardes agonizan muchas veces antes de morir. Los valientes ni se enteran de su muerte.”

Julio César Tello (1880-1947), antropólogo peruano