Por colegios sin violaciones

Cuando la menor de edad que habría sido violada por el chofer del bus de un colegio de la capital denunció el hecho, el sistema intentó acallarla. Pusieron en duda su versión, intentaron descalificarla y la invitaron a que cesara su reclamo para, de esa manera, preservar el prestigio y el buen nombre de la institución. Si ella no hubiese tenido el coraje de alzar su voz ni contado con el apoyo de su familia —que se volcó a las autoridades, a los medios y a las redes sociales—, su historia habría terminado como las de tantas otras víctimas; la gran mayoría condenadas a guardar silencio y a aprender a vivir con el recuerdo y las heridas de la injusticia.

Esa misma complicidad generalizada —que en este caso entorpeció la denuncia y permitió que el sospechoso fugara— tolera que agresores sexuales actúen impunemente en diferentes instituciones y lugares. El acoso y el abuso sexual a menores en el sistema educativo ha sido un problema extendido, un secreto a voces, ante el que las autoridades, tanto institucionales como gubernamentales, preferían “esconder el polvo bajo la alfombra”. Las alentadoras protestas que desata ahora este caso invitan a pensar que —además de dar con el culpable— un cambio en el sistema sí es posible.

El Ministerio de Educación tiene ante sí la oportunidad de reconocer que existe un grave problema y tomar medidas puntuales: tras sincerarse ante la sociedad debe establecer protocolos claros ante este tipo de casos; educar cuidadosamente a los jóvenes sobre sus derechos y la dinámica de la violencia sexual; conducir investigaciones internas; crear un sistema apropiado de denuncia y aprender a escuchar a las víctimas. Caiga quien caiga.

FRASES DEL DÌA

«La diferencia entre el castigo y la venganza es la ira.”

Penelope Parker

«Mientras los leones no inventen sus propias historias, los cazadores serán los héroes de los relatos de caza.”

Proverbio africano