Cuando extremistas de un bando actúan libremente y con impunidad es inevitable que, tarde o temprano, surjan también radicales del bando opuesto. Diversos grupos de derecha recalcitrante —unos conservadores y otros libertarios— cobran fuerza en occidente, en gran parte como reacción a las profundas cicatrices que ha dejado el accionar de esa izquierda extrema, de inspiración marxista y vocación totalitaria. Tal y como sucedió con el ‘socialismo del siglo XXI”, Ecuador no estará exento de sentir los efectos de esta nueva ola.
En tiempos de desesperanza y frustración las corrientes extremistas siempre resultan atractivas. Suele entonces desatarse un peligroso círculo vicioso. La gente se polariza entre opciones radicales y aumenta la conflictividad; a su vez, eso desata aún más caos y suscita más radicalización. Si no se rompe el ciclo a tiempo, el resultado suele ser trágico.
No se puede combatir dichas tendencias apenas con censura y represión. Lo único que de verdad neutraliza a los radicales es el progreso, lo opuesto a la anarquía de la que se alimentan. Solo una gestión pública eficiente y coordinada de parte de los partidos más moderados, que conduzca a la mejora de las condiciones de vida de la gente y demuestre las bondades de un consenso democrático, le quitará atractivo a los extremistas.
Por medio del ejemplo, cada bando debe encargarse de quitarle el piso a sus radicales. Hoy, más que nunca, Ecuador necesita una derecha sensata que ofrezca libertades, seguridad y prosperidad, no una dedicada a perseguir cucos e inventar chivos conspiratorios.
FRASES DEL DÍA
«Lo malo de la gran familia humana es que todos quieren ser el padre.”
Joaquín Salvador Lavado, alias ‘Quino’ (1932-2020), humorista gráfico argentino
«Si le tienes que hablar a más de tres personas sobre un problema, no estás buscando ayuda sino atención.”
Naomi Campbell (1970), modelo y empresaria británica