Más fiscales para una justicia efectiva

El país enfrenta un déficit crónico de fiscales. Por más que el Estado y la población aparenten haberse habituado a esta circunstancia, resulta preocupante que la justicia de un país se vea obligada a enfrentar obstáculos semejantes. Sin suficientes agentes fiscales con equipo y entrenamiento apropiado, los procesos en el país resultan, en el mejor de los casos, exasperantemente demorados y, en el peor, precarios.

 Para operar dentro de los límites de lo tolerable, el sistema requiere al menos varios cientos de agentes fiscales más.

La crisis tiene su origen en un choque de prioridades entre diferentes actores que ha terminado imposibilitando los procesos de selección y contratación. Esto da pie a un círculo vicioso en el que la justicia opera en circunstancias inadecuadas y desata críticas justificadas; estas últimas inciden en el prestigio e imagen de la institución, lo que a su vez disminuye aún más el interés de la ciudadanía y la presión política por remediar la situación. El costo social, a largo plazo, resulta descomunal.

 Las justas y urgentes necesidades de la ciudadanía deberían pesar más que cualquier cálculo político o disputa por espacios de poder ante una crisis de esta magnitud. Las autoridades deben impulsar la búsqueda de consensos que permitan, cuanto antes, remediar el déficit de fiscales. Al mismo tiempo, se debe encontrar formas de incentivar el involucramiento de los mejores profesionales del país en una institución tan fundamental para la democracia. La peor opción es seguir postergando.

FRASES DEL DÍA

«Detrás del miedo a escribir yace apenas el miedo a comprometerse.”

Hilary Mantel (1952)
Escritora inglesa

 «Lo curioso del absurdo de la historia es que haya una explicación para todo.”

Cees Nooteboom (1933)
Escritor holandés