El COE inquisidor

Desde la llegada de Omicrón, parece que la prioridad del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) no es el bienestar de la población, sino su propia imagen. Sin saber qué hacer ante el recrudecimiento de la pandemia —y preocupado por la repercusión que esto tendrá sobre su prestigio y legitimidad— el COE opta, no por medidas coherentes y eficientes, sino por las de fácil aplicación y alta visibilidad.

Este marketing pandémico permite operar con normalidad a la manufactura, agroexportación y construcción, por ejemplo, mientras aplasta a sectores ‘visibles’ como la educación, hospitalidad y entretenimiento.

Cabe preguntarnos, a casi dos años de declarada la pandemia, bajo qué mandato opera el COE. ¿Acaso es evitar la ocupación inmediata de camas hospitalarias? Pues hay otros aspectos de la salud integral de la población que no se toman en cuenta al dictar medidas desproporcionadas y poco técnicas, como la del supuesto ‘sistema de trazabilidad’ en aeropuertos y estadios, poco más que un saludo a la bandera. Resulta más fácil decretar teletrabajo para los funcionarios públicos —un grupo menor—y hacer que el costo recaiga en los ciudadanos que requieren sus servicios.

Poco a poco, se evidencia que aquellos con débil músculo político -en realidad, económico-  o acceso al ‘lobby’ estatal, son los que soportan el mayor peso de las incapacitantes decisiones del poderoso Comité.

El resultado es un círculo vicioso ya de sobra conocido: cuando los esfuerzos resulten estériles, los ‘sabios’ del COE evadirán responsabilidades, culparán a la ciudadanía e insistirán en más de lo mismo.

 

 

 

FRASES DEL DÍA

«Los guerreros más poderosos que existen son el tiempo y la paciencia.”

León Tolstói (1828-1910), escritor ruso

 

«Aprende de los errores de los otros; no vivirás lo suficiente como para cometerlos tú mismo.”

Eleanor Roosevelt (1884-1962), activista estadounidense