El presidente Guillermo Lasso anunció su intención de duplicar la producción petrolera; para el país, es una de las iniciativas más ambiciosas de su historia reciente. La complejidad y los riesgos de la tarea requieren meticulosidad y paciencia para evitar el decepcionante desenlace que tuvieron los planes faraónicos del pasado.
Buscar y explotar nuevos yacimientos implica un riesgo y un costo descomunal, y los campos y pozos ya en operación requieren una inmensa inversión para aumentar su producción. Los frutos no se cosecharán de inmediato y, por el contrario, tomarán al menos los cuatro años de este período presidencial.
Las expectativas deben comunicarse con precisión, pues aunque es necesario, este giro en la política petrolera no suplirá las urgentes necesidades de caja que tiene el gobierno para financiarse.
Los grandes intermediarios y lobistas, encadenados al millonario negocio con la codicia que caracterizó a los comisionistas del siglo XXI, deberán ser traídos ante la justicia si es que el gobierno pretende limpiar -de fondo- al sector.
La historia nos ha demostrado que emprender en ambiciosos proyectos de largo aliento es una tarea ingrata y poco rentable para el populismo. Sin embargo, la historia tampoco espera y el momento para invertir en aumentar la producción es ahora, mientras la demanda mundial aún crece y la tecnología para ello es accesible.
Solo una sólida base política facilitará las reformas constitucionales y legales necesarias, y la perseverancia en el tiempo. No es el proyecto de un presidente, sino de un país entero.
FRASES DEL DÍA
«No hay peor violencia contra una persona que degradar su intelecto.”
Elsa Morante (1918-1985), escritora italiana.
«La justicia, aunque anda cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera.”
Horacio (65 a. C. – 8 a. C.), poeta lírico de la antigua Roma.