Definiciones urgentes

La detención de Leonidas Iza llevada a cabo la madrugada de este 14 de junio, cuando las protestas podían marchitarse tras una jornada con poca convocatoria— exige urgentemente definiciones de parte del Gobierno de Guillermo Lasso.

El hecho ha tocado fibras sensibles en el país. Por un lado, está presente la memoria de la destrucción de octubre de 2019 —adobada con la indignación que dejó en varios sectores la concesión de amnistías en marzo pasado—, por el otro, sigue vivo el recuerdo de la tortura de los campesinos de Dayuma, la prisión de Guadalupe Llori y Mery Zamora, la presión para destruir a la Unión Nacional de Educadores y a los gremios de trabajadores, la persecución a los dirigentes estudiantiles y demás hechos no tan distantes.

Si la detención de Iza constituye una declaración, de parte del Gobierno, de su carácter legalista a ultranza, urge entonces que el proceso contra el presidente de la Conaie se conduzca sin sombra de duda y con absoluta transparencia. Fiel a ese mismo espíritu, el presidente Lasso debería anunciar cuanto antes medidas igualmente radicales para preservar la seguridad y mejorar la calidad de vida de los ecuatorianos, y garantizar los espacios para una verdadera gestión política de la oposición dentro de los espacios que ofrece nuestra democracia.

Si, al contrario, se trató de un innecesario y pueril acto de ensañamiento con quien parecía un adversario derrotado, Lasso y su equipo cometieron el gravísimo error de caer en el juego de quienes anhelan y buscan excusas para otro “estallido”. Nada ganará el país avivando la polarización, la ira y el interminable revanchismo.