Ya no más excusas

Han pasado cuatro días desde que el Ecuador eligió democráticamente a su nuevo mandatario, Guillermo Lasso. El 24 de mayo quedará atrás el gobierno del, en cambio, actual presidente, Lenin Moreno. Y si de algo se ha caracterizado su gobierno, es de su pésima gestión en cada ámbito. Durante cuatro años han atribuido su mal accionar al gobierno predecesor. De ahí que la muletilla, y su salida mediocre a cualquier cuestionamiento, sea la “culpa de correa”. Ello conlleva a que ni nos acordemos de su eslogan oficial “Toda una vida” que iba a acompañar a sus obras; quizás porque no lo hayamos visto acompañado de ninguna obra emblemática.

El nuevo mandatario viene a representar todo lo contrario a los 10 años del gobierno de Correa, y a los 4 de Moreno. Las expectativas son altas, dado que ya cuenta con experiencia en gobernabilidad, habiéndose desempeñado como Gobernador del Guayas en 1998, Superministro de Economía en 1999, y como embajador itinerante en el gobierno de Lucio Gutiérrez. Además, como oposición al gobierno de Lenin Moreno, alcanzó un acuerdo de gobernabilidad para lograr una estabilidad política en el país, y poder así, aprobar las leyes que enviaba el ejecutivo a la asamblea. Sin embargo, en esta ocasión se desempeñará como presidente, en donde se pondrá a prueba ante un país que se ha mostrado con desconfianza de la clase política.

El optimismo frente al no escuchar nuevas muletillas culpando al anterior gobierno son altas con las declaraciones del mismo Lasso en CNN, al señalar que el Ecuador “no es un país quebrado, sino mal administrado”, y en cuanto a la gobernabilidad, con una asamblea en la que no cuenta con mayoría, propone como solución el diálogo con las fuerzas opositoras. Ojalá esto no cambie con el pasar del tiempo, y tengamos una versión actualizada de la ya muy trillada muletilla del gobierno de Lenin Moreno.

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