Vocación de sepulturero

Jaime López

Hace algunos años, no muchos para provocar el olvido, el País se enteró de una decisión de un personaje que había sido protagonista de lo que simplemente debe llamarse Política Nacional en la que ganó con sobra de merecimientos, muchas páginas de su historia. Quienes lo conocieron de cerca estuvieron convencidos de que el personaje equivocó el rumbo por el que iba a transitar, lleno de un silencio sepulcral, para no decirles nada de lo que sus seguidores esperaban dijera, a esas y a las nuevas generaciones, como opinión referente y sólida para conducir la acción de su partido, la Izquierda Democrática, y soportar su silencio mirando lo que en el Ecuador pasaba. Entonces y ahora, lo que el Dr. Rodrigo Borja hizo amparado en sus derechos inviolables sigue con olor a traición y sepultura, que bien pudo mitigarlos emigrando a otras latitudes, donde seguramente la escritura de su enciclopedia podía continuar y seguir siendo una inmensa obra de consulta. Afortunadamente la Izquierda Democrática no sucumbió por acción del correísmo y el silencio del expresidente Borja, que esporádicamente asomaba diciéndole a sus coterráneos que está vivo cubierto de su estigma, que disminuye sus méritos innegables, el de sepulturero. Ahora, en la antesala de la elección de la nueva Asamblea y frustrado el supuesto acuerdo entre los partidos CREO y Unes y Social Cristiano, emerge con su característica iracundia el Abg. Jaime Nebot, para gritar a los cuatro vientos  que el Presidente Lasso  es poco menos que un traidor de baja calaña,  que a su Partido Social Cristiano, del que  se siente líder y propietario, ninguna alianza  puede atreverse a  descubrir lo que realmente perseguía, con la elección de las dignidades de la  nueva Asamblea, es decir, que nadie rasgue las vestiduras social cristianas  y le diga al Ecuador Político que otro sepulturero ha empezado a cavar la tumba  de un partido que en su  momento tuvo su apogeo y que ahora se sabe que con el correísmo juntos irán al cementerio.