Víctima del sistema

Agustín Sánchez
Agustín Sánchez

Por respeto a una exfuncionaria municipal que confío en este espacio, descansa en paz. Pese a haber sido víctima de un sistema perverso, me reservaré de mencionar su nombre. Al parecer, el eslogan de la administración municipal, en tan poco tiempo, ha sufrido una metamorfosis, pasando de ‘La Nueva Historia’ a ‘Una Triste Historia’. Las acciones y omisiones de quienes administran la ciudad no dejan de sorprendernos.

La administración actual ha decidido dejar sin efecto varios nombramientos provisionales, violentando lo que determina la Constitución y la Ley. No lo digo yo, lo dice la justicia constitucional a través de distintas sentencias que ratifican lo indicado. Dentro del proceso, se evidencia que la exservidora municipal, que se vio obligada a comparecer ante la justicia, padecía una enfermedad catastrófica, lo cual sin duda debió considerarse no solo dentro del proceso, sino también al momento de ejecutar una decisión judicial.

En el caso concreto, frente a esta mal acostumbrada práctica municipal de pretender desprenderse de funcionarios o servidores que le resultan incómodos, aun cuando tengan que atropellar las normas que nos rigen, debemos tener claro que una sentencia constitucional, en primera instancia, es de obligatorio e inmediato cumplimiento, y que la apelación a tal decisión no suspende sus efectos. Es decir, la sentencia dictada por el juez, que dispuso el inmediato reintegro al puesto de trabajo, debió cumplirse sin dilaciones, más aún considerando su condición de salud. Sin embargo, la municipalidad decidió mirar hacia otro lado, incumplir la ley y someter a la exservidora, con una enfermedad catastrófica, a un tortuoso ruego para que se garanticen sus derechos reconocidos en la sentencia. Tal es así que, el juez tuvo que condicionar el cumplimiento de su decisión bajo la amenaza de multas y de denunciar ante la fiscalía el desacato.

El desenlace lo conocemos: la exservidora falleció sin encontrar justicia, atrapada en un sistema que no contempla un mecanismo efectivo e idóneo para sancionar drásticamente a toda autoridad que se cree por encima de la Ley. Este no es el primer caso, y lamentablemente me temo que no será el último. Debemos alzar la voz ante tanto atropello, que involucra a varios servidores municipales que han sido afectados en sus derechos, considerando que todos los efectos económicos, sociales e incluso humanos los asumen los ciudadanos que vivimos y perseguimos no solo una ciudad ordenada y bien administrada, sino también justa y humana.