¿Triunvirato golpista?

Juan Sebastián vargas

La ambición, la envidia, el egoísmo, la conspiración han sido históricamente las características de la política ecuatoriana.

Cuando todos estos factores se unen al mismo tiempo pueden consolidar una fórmula muy peligrosa para la democracia.

¡Es sorprendente como Nebot puede llegar a coincidir con Correa!, cuando los intereses se conjugan por sobre el país no hay fuerza que pueda competirles. La ideología queda a un lado, la soberbia y la prepotencia de auto figurarse como líderes omnipotentes los enceguece.

Este año la mayoría de los ecuatorianos decidimos que no queríamos más del correísmo por todas las atrocidades que palpamos durante 15 años, y, si vamos más atrás, debemos recordar que pasamos de esa hegemonía social cristiana de los años 90, cuando Febres Cordero hacía y deshacía a su antojo con jueces y fiscales, y manejaba el país tras bastidores a otro autócrata, pero de distinta ideología pero con las mismas prácticas.

En buen romance el país ha vivido como tres décadas bajo el mismo esquema, esa enfermedad por el poder no les permite ceder espacio a otros líderes, no entienden que su tiempo ya pasó, que es momento de permitir la gobernabilidad del país.

A Nebot y Correa se les une otro oportunista radical, Leónidas Iza quien está esperando el momento exacto para buscar la manera de desestabilizar, fue evidente su apoyo al candidato Arauz en las elecciones, el triunfo de Lasso le cayó como balde de agua fría y la popularidad que ha generado el Presidente en los primeros 100 días no le ha permitido canalizar en las calles ese odio ideológico y ese resentimiento.

Pero ahora  escudándose en el torbellino de los ‘Pandora Papers’ ha encontrado el pretexto perfecto, el momento ideal que necesitaba para tratar de desestabilizar al régimen, eso, junto a las calumnias que se han generado hacen que la estabilidad política del país pueda verse afectada, los ecuatorianos no debemos permitirlo, no debemos caer en el juego de estos líderes caducos y tóxicos.