Sueldos del Estado

Iván Paredes

El gasto que debe cubrir el incauto Ecuador por concepto de sueldos y salarios a la obesa masa de servidores y funcionarios públicos, es enorme, preocupante y hasta innecesaria. Estamos a las puertas de un nuevo año y como deber en materia económica, hay que revisar este rubro que siempre preocupa y pone en aprietos a los economistas, más cuando, se pronostica que para el 2022 será de diez millones de dólares aproximadamente, lo cual absorbe el 68% del gasto total de la Nación; es decir, más del cincuenta por ciento del ingreso bruto va a parar en la burocracia asfixiante que nunca ha dado confianza y bienestar a la sociedad.

En los últimos años este especio publico creció desesperada y desordenadamente, en especial, por conquistar el voto, mantenerse en el poder gubernativo y tener personas manejables a quienes con un simple sánduche les chantajeaban para que acudan a sabatinas, recorridos, mítines y, con tal de asegurar el “puestito” y el mega sueldo, dejaron a un lado la decencia y dignidad, pero hoy, aquello, se ha convertido en un problema que no es fácil de resolver. Muchos de esa masa burocrática han ingresado por palancas, astucia y demás vivezas, violentando el código de la Meritocracia y, hoy están enquistados en cargos públicos con sueldos tan enormes que han desequilibrado valores morales, convirtiendo a la sociedad ecuatoriana en consumista de objetos y deseos lujuriosos.

Aquel excedente tanto en sueldos como en servidores públicos debe ser cortado, porque generada una desigualdad colectiva, incitando la descomposición de la persona, en especial de las nuevas generaciones que miran como el único y mejor fin llegar a convertirse en burócratas, porque tienen una vida asegurada y una jubilación envidiable que en otros espacios laborales no se consigue.