Tocará discutir, para saber de dónde saldrán los recursos económicos que permitirán solventar el gasto, debido al aumento de la remuneración a los maestros, que acaba de aprobar la Asamblea Nacional. Esto lo dijo Guillermo Lasso a propósito de lo que acabo de anotar. Independientemente de lo que el Gobierno aduce, para financiar el alza salarial al magisterio; considero que los docentes ecuatorianos son los más injustamente tratados ya que el sueldo que actualmente perciben no se compara en nada con la labor que cumplen, esta es llevar educación, conocimientos, aprendizaje a los niños y adolescentes.
Es gracias a esta incansable labor que el país puede progresar haciendo de los estudiantes personas con conocimiento con un futuro que les dará la capacidad de poder sostener la nación, a sus familias y pensar en profesiones, todo gracias a la labor de estas personas que nos enseñan en las aulas de los colegios, escuelas y demás.
Los maestros deben recibir una remuneración económica justa, que les reconozca su trabajo y así decirles gracias por todo y por tanto. Justificar que no hay recursos es una afrenta. Si fuéramos un país en donde la honestidad sea nuestra impronta, los dineros para pagar al cuerpo del magisterio vendrían del dinero que se esquilma gracias a la corrupción.
Si nuestra Justicia fuera eficaz y no recibiera tantas trabas, se lograría recuperar recursos económicos que se llevaron personas sinvergüenzas. Impedir que las arcas del Estado se desfinancien a través de los robos suena muy sensato. Cuando nadie se roba la plata, alcanza para todo. Educación y salud son bastiones esenciales para el crecimiento y desarrollo de un país.
“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”, es una célebre frase de Nelson Mandela. Quiero finalizar con esta reflexión: un país que pretende crecer, no puede tener los políticos más caros del mundo y los maestros más baratos.