Subsidios (1)

Ángel Polibio Chaves

El tema de los subsidios adquiere actualidad de tiempo en tiempo; estos días, se lo ha vuelto a plantear en relación con el subsidio a los combustibles, por lo que he creído oportuno dedicar algún comentario sobre el particular.

En principio, el subsidio no es otra cosa que una ayuda que otorga el Estado a todos o a  un grupo de ciudadanos, bajo determinadas circunstancias y condiciones, con el fin de permitirles superar alguna situación especial: así hay un subsidio por maternidad, por desempleo, por pobreza, por enfermedad, en fin, por múltiples causas que podrían afectar a las personas por circunstancias que no se encuentran bajo su control y que se espera con esta ayuda, podrían superarlas, lo que le da al subsidio una condición de temporalidad.

Los subsidios a su vez pueden ser directos: si se los entrega sin intermediación a sus beneficiarios, o indirectos, si no hay determinación de ellos y se los provee indistintamente. De otra parte, se considera que los subsidios directos son socialmente más justos, mientras que los segundos no tienen esta condición.

Así, un subsidio por situaciones de pobreza o por desempleo, o por afectación por una causa natural como una inundación o un terremoto, que se entregue directamente a las familias afectadas por ella, es sin duda más justo que el subsidio a la energía eléctrica o a los combustibles, porque estos últimos, no solamente que no hacen distinción entre los beneficiarios, sino que favorecen más a las personas con mejores condiciones económicas o sociales.

Con los ejemplos que se exponen a continuación, podremos tener una idea exacta de lo afirmado, puesto que solamente una adecuada comprensión de las motivaciones que tendría el Gobierno para tomar decisiones al respecto, asumiríamos una actitud responsable frente a ellas, sin caer en el engaño de que fue víctima una parte de la población en el mes de octubre de 2019. (Continuará)