Si de sinrazones se trata

Rocío Silva

La edificación de un recurso justificativo de nuestros líderes sociales elegidos, para afrontar los cuestionamientos que se hagan a sus acciones en el cumplimiento de sus roles, parece estancarse en la primaria condición imaginativa propia del homo sapiens, la necesidad de sobrevivencia que apenas, logra rozar la imaginación subjetiva que solapa su  mundo objetivo, por eso disparan las flechas a donde pueden, echan mano de las frases estereotipadas, corren cubriéndose con las hojas del desparpajo y la irracionalidad, desde la sinrazón para endilgar la culpa a los otros, a los que cuestionan.

Las últimas semanas he evidenciado, las más grandes sinrazones que hayamos podido imaginar en el Ecuador, y todos los niveles, verbigracia, en el contexto de la comarca de las flores – léase Ambato- en un programa radial, un concejal con ímpetus de reelección, dijo con vehemente estulticia, que el problema del ruido ocasionado por los camiones vendedores de gas licuado, no era necesario resolverlo con aplicación de las sanciones que dicta la ordenanza, que se solucionaba comprando al distribuidor que no haga ruido y que era compromiso ciudadano que se haga difusión en el vecindario que se adquiera al vendedor silencioso, o que el avance de la informalidad en los alrededores de las plazas y mercados se resolvía, ingresando los consumidores a los mercados y que no debería importarnos si pagamos más, pues de esa forma castigamos a los informales, qué tal?

Y si de narrativas relacionadas a las sinrazones a nivel nacional se trata, se lleva el premio la presidenta de la Mesa de Pacificación en el sistema penitenciario, quien al ser preguntada por su renuncia, afirma que cumplió con su rol en tres meses lo planificado para seis, pero que no puede decir que hizo, aunque se abrió el camino para la conciliación al interior de las cárceles y por ello no comparte, la idea del decomiso de armas del SNAI en La Roca, porque no está de acuerdo con la represión, posiblemente, en su mundo subjetivo recuerda los lauros de su fama como “pacificadora” de los Latin King y la incorporación de los mismos a la arena política oficial, es decir se sabe culpable. [email protected]