Volver a las fuentes

Por: Yveth Romero P.

El agua es más pura cuando sale de su fuente, ahí, en la boca de la vertiente, el agua es clara, no está contaminada. Tener la posibilidad de beber de esta fuente, todos los días, sería lo ideal. Pero, lastimosamente, no todos tenemos esta suerte.

El agua que llega a nuestros hogares ha pasado por diversos procesos, y, potable o no, ha perdido muchas de sus propiedades originales.

De la misma forma muchos textos de sabiduría han sido o son contaminados por comentarios o comentaristas que las tiñen de sus prejuicios o perspectivas “propias”, que, a manera de “opinión personal”, nos entregan libros o artículos velados por el egocentrismo o la poca falta de sentido común.

¿Por qué volver a las fuentes?

Porque en las versiones originales o menos contaminadas, encontramos la sabiduría de los grandes pensadores: Platón, Aristóteles, El Buda, Confucio y muchos otros han sido vestido de los colores personales de sus críticos o comentaristas, los aleja de su fuente  perdiendo la originalidad de sus ideas, muy válidos para el día de hoy, porque siempre serán eternos y siempre serán nuevos.

Y qué decir de las versiones resumidas, que “facilitan la lectura”, más no la comprensión de los temas, esos son solo manuales para mentes perezosas que no se dan tiempo para profundizar o reflexionar sobre la sabiduría encerrada en cada párrafo.

Nos hace falta volver a las fuentes, para beber la sabiduría milenaria, para alimentar y nutrir  nuestros pensamientos y nuestros sentimientos, generando y enseñando actos y actitudes inteligentes. Necesitamos volver a las fuentes para despertar el sentido del héroe, esa alma dormida que  necesita evolucionar para ser mejor. Necesitamos volver a las fuentes, porque el mundo necesita de la inspiración de hombres y mujeres en busca de un Mundo Nuevo y Mejor.

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