Verdad y transparencia

Emily Torres Larriva

En los pocos días del nuevo gobierno hemos podido evidenciar varios cambios de los cuales ya muchos ecuatorianos hablamos, entre ellos el tema vacunación que cuenta con un sistema oficial, menos complicado y sin páginas colapsadas, en la plataforma recomendada podemos verificar de manera rápida nuestro lugar de vacunación y su estatus.

Por otro lado, me llama la atención el perfil de los nuevos colaboradores del Ejecutivo quienes se caracterizan por tener una preparación mínima de cuarto nivel, que va desde maestría hasta PHD, hasta el momento todo marcha viento en popa, dejando una sensación de cambio, esperanza y menos corrupción.

Esperamos que los mejores días que merecemos los ecuatorianos estén enrumbados por autoridades transparentes, preparadas, pero sobre todo con vocación y compromiso social, durante años hemos sido invadidos por politiqueros sin escrúpulos, sin valores, sin convicción, fiel reflejo del estado actual de la salud, la seguridad social desfalcada, la educación retrógrada, la contratación pública corrompida, y podemos seguir en la enorme lista de anomalías que día a día invaden los noticieros.

Alcaldías, ministerios, asambleístas tienen un común denominador la “ambición”, desde el otro lado los comunes ciudadanos hemos visto como en nuestras narices estos funcionarios se han beneficiado y han favorecido a sus aliados, tocando temas tan sensibles como la salud y hace poco tiempo muchos obtuvieron beneficios exclusivos de personas con discapacidad, rompiendo esquemas de toda idiosincrasia, una vergüenza total.

Como lo ha mencionado Max Weber “un político debe contar con tres virtudes: pasión, sentido de responsabilidad y mesura” aparentemente sencillo, pero en la práctica en casi todos los casos podemos ver que aquellas virtudes no son las que vemos en las autoridades de los últimos años.

Aspiramos y esperamos cambios, veremos y analizaremos hechos, porque la historia clama una transformación, gime verdad y exige lucidez.

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