Con la infiltración del neocomunismo en EEUU, empezamos a escuchar que sus padres fundadores fueron esclavistas, opresores, tratan de socavar su propia historia. Se empieza a eliminar estatuas, argumentando que ofenden a ciertos grupos. Para sustentar la destrucción de la historia, el neocomunismo impone en los tres niveles de educación, la «teoría crítica de la raza».
Quieren victimizar a nativos y afrodescendientes, la táctica es avergonzar el origen europeo, exacerbar el racismo, a través de la ideologización de los jóvenes, idiotizándolos, para dominarlos y cambiar sus valores. En este contexto se mueven varias agrupaciones infiltradas por el narco-terrorismo internacional, identificadas como «progres», que se activan para destruir el sistema, lo hicieron en Chile, lo están haciendo en Colombia, se preparan a atacar Ecuador.
Ante esta situación, es incoherente proclamar republicanismo libertario y progreso, manteniendo intocada la Constitución narco-comunista y a sus peones, en una área sensible, como es la Cartera de Educación que debe reescribir la verdadera historia, puesto que existen canallas que están utilizando el descontento social, producto del atraco de la riqueza nacional, durante la década infame, para desestabilizar al actual régimen.
Ante el anuncio de movilizaciones, el Estado debe sancionar a los autores de los actos terroristas de octubre 2019, cobrarles 821mdd por los daños ocasionados. Son los mismos lacayos del mayor ladrón de nuestra historia, quienes amenazan, en incoherente asociación, con un sector oligárquico que perdió control político.
No es por el precio de la gasolina, es por la toma del poder. No es contra Lasso, es contra el pueblo que no votó por el narco-terrorismo. No son manifestantes, son guerrilla urbana. No son vándalos, son terroristas. No es un paro, es la destrucción del Ecuador. El régimen debe responder al terrorismo, con fuerza letal. No se necesita ser profeta, para prever que a Lasso le sucederá lo que a la presidente Áñez, si no elimina rápido las funciones creadas en Montecristi y aparta de su administración, a los peones del narco-terrorismo que provocarán su fracaso y la ruina de la Nación. ¡Primero mi Patria!