Distancia generacional

Gabriel Villalva Cassanello

En una charla, reunidos con algunas personas conversábamos sobre la necesidad de hacer vínculos, y en especial con nuestros hijos, pues a veces es con quien más dificultad tenemos a la hora de encontrar puntos y espacios comunes.

Fue interesante constatar cómo la tendencia general, era la del padre o madre, asumiendo una actitud juvenil, por demás forzada, imitando lenguajes y hasta formas de actuar, intentando lograr una proximidad; más patético aún fingir estar interesados en temas como series o videojuegos de los que en realidad nada saben, todo, para encontrar alguna vía de comunicación.

Esta estrategia no es muy recomendable, pues los jóvenes perciben rápidamente esos burdos intentos de acercamiento. Por otra parte, están “los amigos” de sus hijos, entendiendo por ello una suerte de confidencialidad y hasta complicidad que termina por destruir dramáticamente la sana autoridad que debe existir entre padres e hijos para que pueda darse el proceso de educación. Muchas veces se pierde el ser padre o madre por ser “amigo” de los hijos sin entender que amigos los va a tener y encontrar en muchos momentos de su vida, pero padres solo los va a tener a ellos.

¿Cómo lograr entonces hacer puentes entre dos realidades tan distintas como el hombre o mujer, adulto y el joven?, pues apelando a aquello que no está afectado por el tiempo, apelando a lo humano. Es decir, hay cosas, como la música, las series, la tecnología que evidentemente cambian y de la que poco podemos decir a las nuevas generaciones. Pero si hablamos del amor, de la amistad, del valor que un joven requiere para enfrentarse a nuevos desafíos o miedos, como tomar una decisión correctamente, eso sin duda sería un tema de interés, pues eso tiene que ver con lo humano y no con la circunstancia de un tiempo en particular.

Nueva Acrópolis Santo Domingo