Dislexia

Diana Luzuriaga Vera

La dislexia es un problema neurológico que puede llegar a afectar a 2 o 3 niños, niñas y adolescentes de cada aula, a los que muchas veces se los trata como «vagos» o «malos estudiantes», cuando en realidad están enfrentando un trastorno cognitivo que le dificulta su aprendizaje. Por ello, es necesario conocer de esta afectación, sus síntomas y sobre todo comprender que se trata de una dificultad específica, que no afecta la inteligencia, al contrario, son personas muy inteligentes y creativas.

Se suele diagnosticar alrededor de los 7 a 8 años, las principales señales son: dificultad para leer, escribir, confunde las letras, los números, lentitud para expresarse en público o para realizar un resumen, olvidan información fácilmente. Pueden tener baja flexibilidad y dificultades para adaptarse a los cambios. No logran lidiar con la presión y se bloquean.

La persona con dislexia, presenta trastornos emocionales debido al estrés vivencial que supone enfrentarse de forma continua con tareas donde se pone en evidencia su problema de aprendizaje. El desconocimiento de lo que les pasa, hace que lo relacionen con su inteligencia y se sientan inferiores, disminuyendo su autoestima y generándoles ansiedad, depresión, desorden de conducta, entre otros. Suele estar irritable, fácilmente pierde el control o llora. Pueden mostrar mecanismos de defensa, como no querer hacer las tareas e incluso mentir ante notas y deberes.

La simple aparición de una de estas dificultades no debe considerarse suficiente para el diagnóstico de dislexia, pero pueden alertar a los padres y profesores. Es esencial estar alertas para la compensación del aprendizaje y para evitar secuelas emocionales que son permanentes. Todos los estudiantes pueden aprender, el éxito está en comprender que no todos de la misma manera y velocidad.

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